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El Silencio del Buddha

Cuando más indigno y alejado me sentía de la Vida, más cercana Ella estaba, atenta, como expectante don que muestra la Vía, allá en los lóbregos sótanos de mi existencia extra-viada. Dádiva que quiero regalarte ahora a ti, como Dios Madre lo hace conmigo en cada instante. No sabría hacerlo de otro modo. Ni sabría hacerlo de otro modo quien, sin condiciones, ya desde antes de nacer «nos amó hasta el extremo…» Palabras impactantes por una tan cierta y tierna cercanía que no acierto a ver en ellas otro origen que el Dador de Vida, llamado Espíritu Santo en nuestra tradición, si bien a mí me gusta más el apelativo femenino Fons Vitae, Fuente de Vida. La fuerza de la Bondad.

 

Rafa Redondo

 

Acabo el mes de agosto releyendo uno de los libros más interesantes para mí: EL SILENCIO DEL BUDDHA, del filósofo Raimon Panikkar. Lectura difícil a causa de su densidad; pero merece la pena. Este libro me enseñó a conocer mejor a Jesús. Buddha es para mí el auténtico precursor de Jesús de Nazaret, más aún que Juan el Bautista. Extraigo parte de su texto introductorio.
¿Es el buddhismo una religión atea? ¿Puede decirse que el ateísmo moderno sea una nueva religión? ¿Es el monoteísmo esencial al cristianismo? ¿Podemos hoy día seguir sordos por más tiempo a las voces de otros pueblos y culturas? Pero para oír, sin malentender, hay que aguzar el oído. Quizá el silencio del Buddha pudiera mostrarse elocuente a los que están saturados de palabras, tanto científicas como religiosas. Este libro, fruto de decenios de estudio y de experiencia, intenta superar el muro que la cultura occidental establece entre los mal denominados creyentes y los llamados ateos. El autor presenta el buddhismo desde su interior partiendo también del mismo corazón del cristianismo. El silencio del Buddha no es una apología del buddhismo, como tampoco lo es del cristianismo ni del ateísmo, sino que intenta más bien, sin espíritu partidista, encontrar un hilo conductor capaz de orientarnos a través de estas tres grandes sabidurías multiseculares. El libro sirve tanto de introducción al buddhismo, reproduciendo en la segunda parte algunos de sus textos esenciales, como de reflexión sobre la situación espiritual del hombre contemporáneo.
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Espero que a los y las valientes que se atrevan a hincar el diente a esta gran obra, les sirva de provecho. Porque, ya puestos a esperar, considero que la esperanza no está en el futuro sino en lo indecible e invisible. Es decir, ahora mismo.
Rafa Redondo

 

 

Música: Ryuichi Sakamoto – Acceptance

 

 

 

Maestro Amigo

A propósito del encuentro -más bien encontronazo- tuyo, Jesús. con los escribas y fariseos que querían apedrear a la mujer adúltera, mi gran amigo José Antonio Pagola comenta lo siguiente: Cuando no tengas a nadie que te comprenda, y cuando todos te condenen, cuando te sientas perdido, y no sepas a quién acudir, has de saber que Dios es tu amigo, Él está de tu parte. Dios entiende tu debilidad y tu pecado.
Vivir en contacto con tu espíritu, Jesús, no me lleva a dejar a un lado los sentidos, dándoles la espalda. Vivir en tu contacto no equivale a ser enemigo del cuerpo ni a apartarme del mundo como un anacoreta o un monje del desierto. León Felipe, ese gran poeta, decía: nadie fue ayer ni va hoy ni irá mañana hacia Dios por el mismo camino que yo voy; para cada hombre guarda un Rayo nuevo de luz del Sol, un camino Virgen Dios.
Cada camino es sagrado como es sagrado cada caminante. Eso que llamamos “virtud” o “santidad”, no es, como se ha hecho creer, patrimonio de las personas llamadas “consagradas”. El Espíritu sopla donde quiere, donde le da la Real gana; Recae sobre toda carne, infunde en la persona eso que Jünger Moltmann llama “energía erotizante”, pues nos hace vivir de forma gozosa, atractiva y seductora.  Esa experiencia espiritual, añade, dilata el corazón: comenzando entonces a sentir que nuestras expectativas y anhelos más hondos se mezclan con las promesas de Dios; nuestra vida finita y limitada se abre a lo infinito. Entonces descubrimos también que santificar la vida no es moralizarla, sino vivirla desde el Espíritu, es decir, verla y amarla como Dios la ve y la ama: buena digna, bella, y abierta a la felicidad eterna.
Liberémonos de una vez por todas de esa manera triste y raquítica de vivir la fe en ti, Maestro Amigo
estabas con los más desvalidos. Y sin que hiciera falta que te lo pidieran. Lo sé y. lo sé muy bien en mis propias carnes.

 

Rafa Redondo

Música: Secret Garden – Nocturne

 

 

Padre maternal que me habita

Tomar conciencia de la presencia de un Padre maternal que me habita ahora, me habitó y habitará siempre como Presencia no vinculada al “retorno triunfante de Cristo al final de los tiempos”, Presencia extraña al tiempo de espera y a la espera que es tiempo o esperanza temporal. Presencia que sobreviene de un giro radical de vida, de una metanoia o conversión radical hacia un despertar al filo de la eternidad de los instantes.
La experiencia del Reino de Dios, Jesús la vive libre de connotaciones caudillistas o elitistas: -“no te dejes llamar maestro ni rabí”, “Sólo Dios es padre…” “sólo Dios es bueno”- brota de un despertar unido al desasimiento liberador, a un desaferrarse que, aunque con distintos estilos y tonos, tan diáfanamente abordaron Francisco de Asís y el Maestro Eckhart, en la Edad Media. Hablo de un viraje, un cambio de sentido del que, a su modo, ya hablaron, tanto Lao-Tse como Buda (a quien Romano Guardini, en 1947 – ver su obra “El Señor”, pag 247, y “Buda” en su índice de materias) consideraba precursor de Jesús al referirse a la expresión oriental de ser uno con el todo.
 Rafa Redondo
«Atribulados en todo, mas no aplastados;
perplejos mas no desesperados;
perseguidos más no abandonados;
derribados mas no aniquilados.
Como desconocidos, aunque bien conocidos;
como quienes están condenados a la muerte, pero vivos;
como tristes, pero siempre alegres;
como pobres, aunque enriquecemos a muchos;
como quienes nada tienen, aunque todo lo poseemos»
PABLO DE TARSO
Hay momentos en que la limitación arrecia, incluso se hace insoportable; pero tus palabras, Pablo, tú inextinguible valentía
hasta morir abre senderos; tu testimonio, son mi refuerzo espiritual, mi vitamina: me ayudan a soportar lo insoportable.
Espero y deseo que estas palabras tan tuyas de ánimo y júbilo ayuden a quienes se sienten abandonados y les faltan fuerzas para seguir caminando contracorriente. Gracias Pablo.
Rafa Redondo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Múisca: Philip Glass – String Quartet No.3 «Misihima»