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Un corazón Nuevo

Mirad, la hora viene, y ya ha llegado, en que seréis esparcidos, cada uno por su lado, y me dejaréis solo; y sin embargo no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo. (Juan, 16)
SOLO ERA UNA EMBESTIDA
QUE AL CHOCARSE EN TU ROCA
TROCOSE EN MANSA ESPUMA
Rafa Redondo
Es sorprendente:
verlo súbitamente todo con un corazón nuevo
y una mirada completamente nueva…
Rafa Redondo
En cientos de ocasiones he abierto, y seguiré abriendo, mi página predilecta del Libro de las Confesiones de Agustín de Hipona ,y más concretamente, la oración TARDE TE AMÉ. Desde mi juventud sigo sus pasos; los innumerables pasos del sabio de Cartago…
Rafa Redondo

 

 

Música: Estas Tonne – Perception

 

 

 

¡A quién le importa!

 

Oh, Señor, dame un estado mental tan lleno de Tí, de tu Presencia, que ya no necesite nada de nadie, nunca más, ni siquiera de Tí, Señor.
( Gracias, Rosana, por este regalo de Ames Balsekar que tú me haces llegar).
https://www.nodualidad.info/libros/a-quien-le-importa.html
¡A quién le importa! (Extracto) – Ramesh Balsekar
Cada mes el discípulo mandaba religiosamente a su Maestro un informe que detallaba su progreso.
El primer mes escribió: «Siento una expansión de la consciencia y experimento mi unidad con el universo». El Maestro echó una ojeada a la nota y la tiró a la basura.
Al mes siguiente, escribió: «Finalmente he descubierto que lo Divino está presente en todas las cosas». El Maestro pareció decepcionado.
El tercer mes las palabras entusiastas del discípulo exclamaron: «El misterio del Uno y de la multiplicidad ha sido revelado ante mi mirada de asombro». El Maestro sacudió su cabeza y volvió a tirar la carta a la basura.
La siguiente carta decía: «Nadie nace, nadie vive y nadie muere, porque el yo egóico no existe». El Maestro alzó sus manos al cielo en total desesperación.
Después de esto pasó un mes, luego dos, luego cinco, y finalmente un año entero sin recibir noticia. El Maestro decidió que era hora de recordarle al discípulo su deber de mantenerlo informado acerca de su progreso espiritual.
Entonces el discípulo respondió: «¡A quién le importa!».
Al leer esto, una mirada de satisfacción cruzó la cara del Maestro.
Rames Balsekar – ¡A quién le importa!
Hemos probado la libertad, pero no estamos aún completamente armonizados con ella, por eso sufrimos; pero en este sufrimiento hay vida. Caer en la cuenta de que cuando él sufridor fraccionario desaparece es cuando apuntamos a la unidad nos acerca a la conciencia de una Presencia inundante…
Rafa Redondo
Lo Sin Forma volaba sobre las aún caóticas formas incipientes, una Presencia palpable cuando, abiertos a la escucha, desbautizamos de nombre a lo sin nombre y nos dejamos asir por lo inasible.
Permitir que te habite;
que aleteen libremente sus salas
por los vastos espacios de tu espíritu.
Déjate respirar. Permite que Dios
sea en ti cada día más Dios
Rafa Redondo
No puedo adelantarme. La apertura incondicional requiere una espera; seré arrebatado del tiempo merced a esa apertura. Pero no me queda otra que esperar a que el Ser me lleve.
Rafa Redondo

 

Múisca: Philips Glass – Mishima

Déjate Respirar….

 

Cuánto dices si haces es diáfano y fácil de entender. La gente lo percibe enseguida. En contacto contigo, galileo, cada uno se encuentra consigo mismo, con lo mejor que hay en él. Nos llevas a nuestra propia verdad…

 

Rafa Redondo

 

Oh, Señor, dame un estado mental tan lleno de Tí, de tu Presencia, que ya no necesite nada de nadie, nunca más, ni siquiera de Tí, Señor.
( Gracias, Rosana, por este regalo de Ames Balsekar que tú me haces llegar)
Rafa Redondo
Lo Sin Forma volaba sobre las aún caóticas formas incipientes, una Presencia palpable cuando, abiertos a la escucha, desbautizamos de nombre a lo sin nombre y nos dejamos asir por lo inasible.
Permitir que te habite;
que aleteen libremente sus salas
por los vastos espacios de tu espíritu.
Déjate respirar. Permite que Dios
sea en ti cada día más Dios
Rafa Redondo

 

 

Múisca: Bill Douglas – Deep Peace