Archivo de la categoría: Sin categoría

Pura Presencia en la Ausencia

 

n principio erat Verbum…
La Palabra, esa mueca animosa que el Aliento de tu Espíritu brinda hoy a mi existencia… Y me mantiene vivo.
Pareciera que el Espíritu del Ser, aunque aparentemente oculto, rompiese en este anochecer unos pocos segundos el velo de silencio que ligeramente vela tu indomable instinto narrativo, tu decir la Buena Nueva: la cercanía de tu Soplo…
Una porfía acendrada de hacer historias en la Historia como parte esencial de tu metabolismo comunicativo. De ahí que nuestros labios, cuando reproducen tú decir, devengan en amorosa boca, evocadores de la no-palabra interior y anterior a tu Palabra, hecha canción, poema, verso, oración y beso.
La Palabra, la tuya ya hecha nuestra, así entonada antes de que tu aliento la hiciera brotar en nuestra boca, se hace evocadora de Presencia. Su orificio es su oficio: un acto de amor, una proclama de vida, un diseño de transparencia.
No es difícil hallar lo inevitable. Y oírlo aunque no hable. Mas nos dotaste de voz, Señor, de boca para e-vocarte y en las horas oscuras con-vocarte. Nos cedes la Palabra al con-cedernos con ella la raíz del Gran Silencio, tu morada.
Tú, pura Presencia en la Ausencia, tan invisible en tus causas y tan visible en tus efectos… El Dios de los desiertos, de las montañas, los valles nemorosos, las ínsulas extrañas …
R.R.

 

Música:  Ayla Schafer – Listen, water brings a message

 

Todo lo que asciende coverge

 

En los años 70, un joven escritor holandés, interesado por la práctica del Zen, tan de moda en aquella década, visitó en uno de los magníficos templos budistas de Kioto (Japón ) a un anciano monje que, pese a ser analfabeto, había alcanzado el grado de Maestro Zen. Ante una taza de té, el monje se interesó sobre la religión que profesaba el joven, y al responderle que era cristiano, el humilde Maestro Zen no ocultó su ignorancia sobre la persona y la obra de Jesús, pero comoquiera que mostrara un evidente interés sobre el profeta galileo, el joven corrió hacia la biblioteca de la universidad de Kioto en busca de un Nuevo Testamento. Y, ya de nuevo ante el anciano, este sugirió al joven que le leyera un texto del Evangelio, el primero que se presentara a sus ojos abriendo el libro al azar. El texto que el holandés halló ante sus vista fue el pasaje de las bienaventuranzas. Acabada la lectura, el Maestro cerró los ojos y guardó unos minutos de silencioso recogimiento, acompañado de otros monjes que le rodeaban. Al levantar la cabeza, mirando de nuevo al joven escritor, el anciano exclamó: «No conozco a quien dijo esas palabras que acabas de leer, pero está claro –añadió solemnemente- que sólo pueden haber salido de la boca de un Buddha». Un Buddha, es un ser despierto y compasivo. Todos los «Buddhas» cada uno según su origen y su forma, expresan la misma experiencia. El anciano y analfabeto monje no había estudiado teología, pero, sin otra mediación que el conocimiento intuitivo propio de los seres despiertos, superó en un instante las obsesivas dudas metódicas de muchos teólogos bíblicos, al reconocer sin mediaciones, directamente, las señas de identidad de Jesús como Buddha -Hijo de Dios- el Cristo que daba gracias a su Padre porque tales cosas las velaba a los poderosos y revelaba a los sencillos como al Poverello de Asís, o el encantador maestro vietnamita Tich Nhất Hạnh. La experiencia de Buddha, o experiencia búdica, hace mejores cristianos a los cristianos; igual que la experiencia del Espíritu de Jesús completa nuestra experiencia búdica. Yo, al menos, lo vivo desde esa profundidad. O eso intento. No todos los caminos son iguales, pero estoy de acuerdo con Teilhard de Chardin en que todo lo que asciende converge. No son idénticas todas las sendas, pero todo ser humano aspira a verse con sus semejantes en la misma cumbre.

R.R.

Música:  Ayla Schafer – Rose

La eterna juventud del Uno

 

Cuando Vida y Muerte, Día y Noche, desprendidas, des-nudas, desanudadas de todo nudo que no sea el de su abrazo, se miren sin pudor; se acerquen, se entiendan, se comprendan e inter-penetren en la sagrada lujuria del puro amor, el tiempo y el espacio arderán con ellas bajo el volcán de la Unidad.
Tengo como cierto que no habrá centímetro del Universo que no arda de pasión en tal abrazo: Fuente de Vida, Espíritu que se derrama, sin distinción, sobre toda carne; Materia Mater cobijando el semen del Espíritu; Amor amando en carne viva, sin más barreras que el puro amor sin barreras.
R.R.
Prendió el amor de Ruhá
el fuego de su luz en tu mirada,
y en ese incendio,
donde ambos ardemos,
perdura allende el tiempo
la eterna juventud del Uno.
Amaneció Bilbao en el declive de Febrero…
La meditación, ese eterno crear.
Solamente se atisba
en estado naciente.
Ábrete a su rumor;
escucha, Algo, que a eterno sabe, resuena en mis entrañas cuando me llega su ternura. Algo que ya nos habitaba antes del mundo. Ese Algo -más bien Alguien- que en este amanecer encendió el alba, y en tu corazón se ha colado para siempre.
Ábrete a su escucha, ahora mismo, sin dilación. Por favor te lo pido.
Alguien que se hace para ti materia y cuerpo…
por favor, escucha, escucha.
no te pierdas…
R.R.

 

 

Música:  Danit _Naturaleza