hice mía tu soledad…

Dije aquí hace muy poco que «hice mía tu soledad, mío también tu grito de abandono, que caló mis huesos…». Y añadí que ví una vez más que la ausencia, al vivirla tan dolorosamente hosca, se convierte en inequívoca señal de tu mayor presencia.
Podré quizá sentirme sólo al no pertenecer a creencia o religión alguna, mas ello no me impide que, mediante la práctica del Silencio lo inaudito vibre en mi interior y me abra a su escucha. Misterio que se abre paso día a día en nuestra más profunda vena: “ Tú, sangre de mi sangre, carne de mi carne, huesos de mis huesos, aliento de mi aliento…”

 

 

R.R.

 

Música:  The tea Party – In this time

 

Deja un comentario