El imán de la ausencia es tu reclamo, Presencia.

El imán de la ausencia es tu reclamo, Presencia.
De nadie, lo sé bien, eres tú privilegio, porque el rostro de la luz, aun indecisa, de este atardecer de otoño se ha inclinado a reposar sobre este otro rostro de tiempo retardado, rozándole los ojos, donando en sus retinas la Inocencia. Mi gratitud.
Tu faro ya iluminaba mi camino mucho antes del Big Bang.
Te adelantabas, siempre te adelantabas, Abbá.
Cuántas y cuántas veces, te escribo y te lo digo: Tú nunca ardes tarde…
Aún con dificultad, el ser humano ama, porque un extraño imán le arrastra y le convoca hacia Otra Orilla; porque le ama el Amor, el fuego de una extraña y recia Dicha que sobre toda carne se refleja; más aún ahora, en este eterno y limpio instante del último día de otoño, ahora al caer la tarde, este poema que para Ti el Manantial de la Vida me dicta y me derrama.
Mi gratitud, Abbá.

 

R.R.

 

Múisca: Loreena Mckennitt – Gratest Hits

 

Deja un comentario