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Audios Noviembre de 2021

 

Audio Esther     7 de Noviembre de 2021

Los cuatro defectos

 

Audio Rafa  19 de Noviembre de 2021  (sobre el hambre de Ser)

La Belleza se derrama y nos empapa

 

La belleza se derrama y nos empapa. A cada paso.
Verla en todo lugar depende de la capacidad de vivir la vida con todo lo que es….
Es esencial para ello estar asentada sobre suelo firme para poder abrir las manos y acoger las espinas que surgen en el propio caminar, con suavidad y atención.
Es en este momento de profundo asentamiento que mi corazón está preparado para encogerse con los dolores inevitables, y utilizar ese encogimiento como impulso para expandirse después y exhalar más humanidad y amabilidad.
El camino de autoconocimiento es duro y largo, ver la propia oscuridad es difícil, pero la libertad que se experimenta y el amor no tienen precio.
Por fuera a penas se ve con una simple mirada, pero lo interior empieza a dejar de tener fondo y convertirse en el propio espacio de fuera.
Integrar nuestra belleza junto con nuestras espinas conforma el paquete que soy, y acoger el paquete es aprender a vivir.
Que limitadas las palabras…
Es importante en este caminar tejer redes verdaderas, círculos donde sentirnos seguras para este trabajo, es vital!
Esas personas que son casa y que sabes que pase lo que pase siempre están para un caldito caliente, un abrazo, unas lágrimas y unas risas. Y un maestro tb, ese querido amigo, que ya ha recorrido el camino y se muestra con todo, sin decirte qué o cómo hacer, solo siendo. Amabilidad y amor.
Tejedoras de mundos
Tejedoras de de corazones
Tejedoras…

 

Texto de nuestra compañera de camino Nuria

Música: Loreena McKennitt –  Nights from the Alhambra

 

El fin de la espiritualidad

Mi alfombra de yoga ha desaparecido en el suelo bajo mis pies.
Mi ashram se ha convertido en el mostrador de café, un mal chiste intercambiado con el camarero, una sonrisa amistosa arrastrándose sobre una cara congelada, y todo el mundo nos desea.
Mi templo es el centro comercial, la sala de espera del dentista, el prado vacío por la mañana con su suave luz amarilla y aire virginal.
Mi gurú es el rugido incubador en el vientre, la melancolía de la noche y la esperanza y desesperación de la existencia misma.
No hay que añadir nada.
Mi iluminación es el momento ordinario, esta experiencia mundana empapada en el dulce néctar de mi propia atención.
Mi origen es la respiración y la respiración es mi destino.
Mi linaje es el gato hambriento saludándome en mi caminata nocturna, amblando a mi lado un rato, frotando su piel contra mi espinilla, su piel suave como la manta de cachemira que la abuela solía envolver alrededor de nosotros como las noches llegaban temprano, la piel convirtiéndose en piel, y el gato avanzando despacio para revisar un envoltorio de sándwich desechado, y yo caminando.
Mi espiritualidad está en lo profundo de la tierra; está en el barro, el calor, las entrañas, lo incómodo y lo inconveniente, el grito de madre y el valor de penetrar regiones inexploradas de la psique. Es el anhelo de casa y el regreso felizmente agotado.
Mi felicidad no es nada que la mente pueda entender, ni en mil millones de años de búsqueda.
Mi alegría es simple, como aquellos que han vivido una vida plena y están listos para morir.
Me acuesto en el prado, mi mochila mi almohada, mis manos entrando en la hierba sedosa y pegajosa, toda mi vida reducida a un solo pensamiento y memoria y visión momentánea, y entonces eso se ha ido también, y me he ido con todo, reemplazado por el prado mismo, su suave luz amarilla y su aire limpio y estimulante, su esperanza y su promesa, su plenitud y su misericordia.
No me busques. No me encontrarás aquí, ni me reconocerás si lo haces. Soy invisible porque me he convertido en todo lo que se ve y todo lo que se conoce y desconoce todavía.
No practico la espiritualidad. He sido destruido, deconstruido, deshuesado y nacido de nuevo, reconstituido como hombre, sin forma como forma. He sido recreado inseparable de esta ordinariedad, resucitado con el vientre de los pájaros riendo en los cables eléctricos al amanecer.
Jeff Foster