Archivo de la categoría: Sin categoría

El eco de tu Ausencia

No me engaño, lo escucho claramente:
el dictado es exacto. Me conmueve
su lenguaje sin voz, silente nieve
que atempera el incendio de mi mente.
La deja en su honda paz. Muy largamente
contemplo el quieto Fondo que hoy me mueve
a alzarme a mis adentros, donde llueve
rocío de alba en lágrima silente.
¡Cuán claro es tu dictado, tu presencia
sin verbo, sin acento, sin fonema,
sonando en sinfonía con la nada!
¡Qué claro, Dios, el eco de tu ausencia
que hoy se ensancha en mi pecho hecho poema,
recordándome el don de no ser nada!
Rafa Redondo
Garaudy: «Jesús enseñaba, con otras palabras, lo que ya enseñaban los sabios de Oriente, como Buda: renunciar a las ataduras parciales, a uno mismo, para dejar emerger al ser que llevamos dentro, el hombre que no está separado de su principio. El hombre tiene que buscar en su interior lo que hay de más íntimo, de más personal, de más liberado de toda contingencia, y, así, descubrir el ser. “Tu eres Eso”, “yo soy Brahaman, “yo soy Buddha”. Y siglos más tarde: “Yo y el Padre somos Uno. Este Padre más yo que Yo mismo, como diría después Agustín, y mucho más tarde todavía, el Hallaj: “Yo soy Dios”. “Dios está en nosotros…nosotros estamos en Él y Él en nosotros” (Jn 4, 11-21).
Este regreso, que no es regresión, al Uno y al todo, denominador común de todas las esperanzas de las sabidurías de la Tierra y de todas las religiones indujo a mi admirado Roger Garaudy a abandonar la cúpula del marxismo para abrazar el Sufismo, donde terminó –es un decir- sus días en el mundo.
Hacerme Senda,
mansión del ser de Dios.
Aquí, ahora mismo…
 Rafa Redondo

 

Música:  Philip Glas – Etude No.6

 

 

 

 

¿ Cómo no amarte…?

 

Comprendo a quienes se extrañen de que yo hable así de Jesús. Yo mismo sería el extrañado hace unos pocos lustros. Pero qué le vamos a hacer, no voy a pedir disculpas por ello sino compartir el amor del padre del desarrapado hijo pródigo, que sólo los pródigos entendemos y comprendemos. Gracias. Tú, Señor, siempre te adelantas; siempre sales al encuentro de quien sufre, como el tierno padre del hijo pródigo…
……………………….
Te confieso que cuando más indigno y alejado me sentía de la Vida, más cercana Ella estaba, atenta, como expectante don que muestra la Vía, allá en los lóbregos sótanos de mi existencia extra-viada.
Dádiva que quiero regalarte ahora a ti, lector, como Dios Madre lo hace conmigo en cada instante. No sabría hacerlo de otro modo. Ni sabría hacerlo de otro modo quien, sin condiciones, ya desde antes de nacer «nos amó hasta el extremo…». Nos amó hasta el extremo, hasta el final”. Palabras impactantes por una tan cierta y tierna cercanía que no acierto a ver en ellas otro origen que el Dador de Vida, llamado Espíritu Santo en nuestra tradición, si bien a mí me gusta más el apelativo femenino Fons Vitae, Fuente de Vida. La fuerza de la Bondad.
No es el ser humano quien se ha acercado a ti, sino que eres Tú quién se ha comunicado graciosamente al ser humano hasta el punto de coincidir con el secreto de tu ser.
Hablo aquí de una cercanía radical, inextinguible, jamás oída. Hablo aquí de un acontecimiento sin precedentes, Jesús, porque Tú eres el acontecimiento. Así lo siento y así lo escribo cuando hablo de ti. Un acontecimiento, sí, que se produce aquí y ahora, al filo de cada instante con tu sola Presencia. Hablo aquí de una cercanía sagrada que no se había dado hasta tu llegada. Una cercanía que se hace realidad ahora contigo y sobre todo por el mismo hecho de tu existencia inextinguible, Presencia pura a lo largo de tu paso por el mundo.
Jesús, Presencia tan sentida como cierta,
Jesús, que en mi fragilidad te albergas.
Fulgente faro,
en firme roquedal fundido y asentado.
Tú, que al oleaje afrontas y a las mareas plantas cara,
Tú, que mis oscuras noches iluminas
y mi confianza en cada instante nutres.
Tú, Fuente de Vida,
me elevas, me haces cumbre, reconfortas….
¿ Cómo no amarte…?

Rafa Redondo

Música: Ennio Morricone – Gabriel´s Oboe

 

 

 

El Silencio del Buddha

Cuando más indigno y alejado me sentía de la Vida, más cercana Ella estaba, atenta, como expectante don que muestra la Vía, allá en los lóbregos sótanos de mi existencia extra-viada. Dádiva que quiero regalarte ahora a ti, como Dios Madre lo hace conmigo en cada instante. No sabría hacerlo de otro modo. Ni sabría hacerlo de otro modo quien, sin condiciones, ya desde antes de nacer «nos amó hasta el extremo…» Palabras impactantes por una tan cierta y tierna cercanía que no acierto a ver en ellas otro origen que el Dador de Vida, llamado Espíritu Santo en nuestra tradición, si bien a mí me gusta más el apelativo femenino Fons Vitae, Fuente de Vida. La fuerza de la Bondad.

 

Rafa Redondo

 

Acabo el mes de agosto releyendo uno de los libros más interesantes para mí: EL SILENCIO DEL BUDDHA, del filósofo Raimon Panikkar. Lectura difícil a causa de su densidad; pero merece la pena. Este libro me enseñó a conocer mejor a Jesús. Buddha es para mí el auténtico precursor de Jesús de Nazaret, más aún que Juan el Bautista. Extraigo parte de su texto introductorio.
¿Es el buddhismo una religión atea? ¿Puede decirse que el ateísmo moderno sea una nueva religión? ¿Es el monoteísmo esencial al cristianismo? ¿Podemos hoy día seguir sordos por más tiempo a las voces de otros pueblos y culturas? Pero para oír, sin malentender, hay que aguzar el oído. Quizá el silencio del Buddha pudiera mostrarse elocuente a los que están saturados de palabras, tanto científicas como religiosas. Este libro, fruto de decenios de estudio y de experiencia, intenta superar el muro que la cultura occidental establece entre los mal denominados creyentes y los llamados ateos. El autor presenta el buddhismo desde su interior partiendo también del mismo corazón del cristianismo. El silencio del Buddha no es una apología del buddhismo, como tampoco lo es del cristianismo ni del ateísmo, sino que intenta más bien, sin espíritu partidista, encontrar un hilo conductor capaz de orientarnos a través de estas tres grandes sabidurías multiseculares. El libro sirve tanto de introducción al buddhismo, reproduciendo en la segunda parte algunos de sus textos esenciales, como de reflexión sobre la situación espiritual del hombre contemporáneo.
…………………………………………………………………..
Espero que a los y las valientes que se atrevan a hincar el diente a esta gran obra, les sirva de provecho. Porque, ya puestos a esperar, considero que la esperanza no está en el futuro sino en lo indecible e invisible. Es decir, ahora mismo.
Rafa Redondo

 

 

Música: Ryuichi Sakamoto – Acceptance