Todas las entradas de: IparHaizea

Hacerse silencio…Hacerse apertura

 

El rostro es el lugar, no espacial, en que tú descubres al otro como icono de Dios.
¡Ah, ese océano interior de una mirada…!
Dios se ha hecho rostro en tu faz, y la “prueba” última de Dios se revela en el rostro humano, cuando, desnudado de sus falsas apariencias, se ilumina con otra luz. Entonces todo El Mundo es un icono.
R.R.
Exiliarse del ruido del pensamiento, hacerse silencio, apertura. Y escuchar el susurro del Ser de la creación latiendo en tu más profunda vena.
Aun en medio del dolor –lo sé- uno tiene la ocasión de aquietar la mente, la de poder experimentar y dejarse con-tactar por Lo No Nacido, manantial de esa Fuerza: el Espíritu, la esencia de tu propia conciencia, más allá del dolor del tiempo y de su muerte. La Fuerza del Dios Madre de la Vida que, allende dogmas y religiones, sobre toda carne se prodiga y se derrama.
Poder experimentar que el Dios Madre de este mundo palpita en tu verdadera naturaleza, y que en nuestros desolados infiernos ha encontrado el lugar de su Buena Nueva, es una experiencia liberadora radical, que, por serlo, nos marca para toda la vida llenando a esta de sentido.
Compasivo fulgor que, llenando la conciencia de certeza, pulveriza los ídolos del lugar común, la falacia del pensamiento único, la alienación de los resignados novios de la muerte cuando a la resignación apelan y escupen tu inteligencia al grito de «¡esto es lo que hay!» para que permanezcas en el ataúd de los fabricantes del miedo que para ti reservan, cementerio instaurado por los muertos que guían a otros muertos. Tal es el muladar de la esperanza neoliberal, el estercolero de su Tierra Prometida.
Y no, no va por ahí la Vida, para otro destino hemos nacido.
GABON
R.R.

 

 

Múisca:  Nightnoise – for Eamonn

 

 

 

…Y ríes…y cantas!!…

Eloy Sánchez Rosillo, sin pertenecer a escuela de ningún tipo, vive la luz a su modo. Un ejemplo de que el Espíritu se derrama sobre todo ser viviente con independencia de toda condición. Este gran poeta vino a Bilbao a visitar a su amigo Rafa, y le trajo este luminoso regalo, que, agradecido, comparto con vosotros:
«La luz»
No se puede prever. Sucede siempre
cuando menos lo esperas. Puede pasar que vayas
por la calle, deprisa, porque se te hace tarde
para echar una carta en correos, o que
te encuentres en tu casa por la noche, leyendo
un libro que no acaba de convencerte; puede
acontecer también que sea verano
y que te hayas sentado en la terraza
de una cafetería, o que sea invierno y llueva
y te duelan los huesos; que estés triste o cansado,
que tengas treinta años o que tengas sesenta.
Resulta imprevisible. Nunca sabes
cuándo ni cómo ocurrirá.
Transcurre
tu vida igual que ayer, común y cotidiana.
«Un día más», te dices. Y de pronto,
se desata una luz poderosísima
en tu interior, y dejas de ser el hombre que eras
hace sólo un momento. El mundo, ahora,
es para ti distinto. Se dilata
mágicamente el tiempo, como en aquellos días
tan largos de la infancia, y respiras al margen
de su oscuro fluir y de su daño.
Praderas del presente, por las que vagas libre
de cuidados y culpas. Una acuidad insólita
te habita el ser: todo está claro, todo
ocupa su lugar, todo coincide, y tú,
sin lucha, lo comprendes.
Tal vez dura
un instante el milagro; después las cosas vuelven
a ser como eran antes de que esa luz te diera
tanta verdad, tanta misericordia.
Mas te sientes conforme, limpio, feliz, salvado,
lleno de gratitud. Y cantas, cantas
R.R.

 

Música: Enya – Caribbean blue

 

 

Constatar en Silencio

Constatar en silencio
los motivos reales que nos sobran
para hacer dichosa la existencia…
R.R.
La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre!
( Pablo de Tarso)
Pablo nos invita a verificar esa prueba en el fondo de nuestro corazón. Y se puede.
Tu Espíritu, Abbá, vivifica el cuerpo, lo resucita. Se puede vivir y sentir en el corazón de la existencia.
Sí, cuando el ruido se repliega y la quietud nos respira, susurran ecos no derivados de palabras, que anuncian lo que el aliento en su vaivén nos revela cada instante.
Constatar en silencio
los motivos reales que nos sobran
para hacer asombrosa la existencia…
Dicen que hemos perdido la esperanza, pero el Misterio que somos se asoma en mis latidos, para anunciar que aún queda, te queda, nos queda, la posibilidad de asombrarnos como niños.
Desapropiado de mí, más nítida se me hace tu Presencia: desnudo, limitado en la humildad de ser lo ilimitado, Abbá; donde la lejanía, extinguiendo sus distancias y creencias solamente sabe de certezas..
Creemos vivir sin haber aún nacido. Podrá, quizá, Abbá entrañable, la enfermedad frenar mis brazos, dedos, lentificar mi caminar…Mas no mi gratitud ante la Fuerza del Gran Amor que fluye de ese tu manantial, que me anima y me conforta.
R.R.

 

Música: Värttina – Ilmatar