A tí Pastor de mi camino…

Aquella noche en que el huracán me echó abajo la puerta, una racha apagó mi lámpara, y todo se quedó oscuro; y yo no supe que habías entrado en mi cuarto, sobre las ruinas.
Yo tendía los brazos al cielo, buscando ayuda, estaba echado en el polvo, esperando en la negrura tumultuosa, sin saber que la tempestad era tu propia bandera.
Con la mañana, vi que tú estabas sobre el vacío que había quedado en mi casa. (TAGORE)
Pasar la borrasca.
Dejar que te atraviese.
Hundirse en ella,
para luego -no sin asombro-,
poder gritar que sigues vivo.
Hasta desgañitarte…
Rafa Redondo
Oh, tú, camino angosto entre recios roquedales,
donde mi cuerpo roza al andar, y se desgasta;
tú, que destrozas mochilas y carretas,
tú, áspera calzada, que me obligas
a deambular desnudo de equipaje.
Te hablo y canto a ti, ruda vereda,
que vadeo sin prendas ni aderezos
en suelta desnudez, y ligereza.
Te canto a ti, calleja Estrecha,
a tí, sí, a tí, noble Materia,
porque, aunque no sin dolor,
me enseñas, arisca y bondadosa, a vagar
desaferrado de ropajes y envoltorios
por estrecheces que siempre temí,
y ahora su bondad yo reconozco.
Delgada senda, a ti y siempre a ti mi humilde estrofa;
a ti, sí, a tí, que, aun hasta el extremo vulnerable,
me haces libre, vacío e inexpugnable
cuando en Camino, en senda y en sendero
sin remedio me convierto,
cuando en Nadie y en Todo devengo al soltar presa.
A ti, Pastor de mi Camino,
en este ya agostado Agosto
dedico este poema agradecido,
Rafa Redondo

 

 

 

 

Múisca:  Nightnoise – Bridges

 

Deja un comentario