Nuestro verdadero hogar…

Aguardar, vigilantes, el suceso del instante, abrazando, manos alzadas, el misterio que en él late. Por muchos dientes que ofrezca su amenazante mandíbula, desafiar al Vacío. Y respirarlo por más que la piel nos tiemble. Escuchar, por sus rendijas abiertas, la voz del Ser, del sólo Ser. Palpar su cercanía, su aliento en nuestro aliento. No importa el clamor de las palabras, pues se trata de vislumbrar la estrella de lo eterno aún en el ruido de su fugacidad.
La conciencia del ser humano, aún en los abismos, posee alas que lo elevan; no es un ángel caído. La infinita Bondad que le apremia, es ajena a toda culpa, a todo dogma.
Abrir en la conciencia, con la garlopa del estallido de la luz, un espacio nuevo fuera de todo espacio; un tiempo fuera de todo tiempo; para, luego, toparnos, sin buscarla, con la manifestación de lo invisible indecible, con esa abrasadora fuerza, que no deja de forzarnos a caminar hacia nuestro verdadero hogar…
Rafa Redondo

 

El Camino jamás se inicia en mí:
el primer paso para andar por él, para seguir estando en él
es, sencillamente, este dejar de estar.
Ser la propia in-presencia, albergarse en el Vacío,
apoyarse en su grieta. Sólo ser.
Y darlo a conocer y re-conocer.
Rafa Redondo

 

Música:  Spirit is Calling – Olivia Rosebery

 

 

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