«Que lo ilimitado despunte entre los nimbos»

 

Comparto este poema de Rafael Redondo Barba , que al envejecer con madurez y profundidad nos da la medida de un camino que todos vamos a poder vivenciar.
Lo sin nombre
Viento y lluvia en este amanecer de alba plomiza. Hojas en caída libre; cada una en su sitio. «Que lo ilimitado despunte entre los nimbos», parece orar el húmedo cemento, hecho tambor, del vierteaguas.
Dulce, a pesar de todo y nada, el leve canto del silencio.
R.R.

 

 

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