¿Cuándo no fue primavera?

Para encontrarle,
ahora, al filo de la noche,
deja a un lado el bastón,
apaga tu candil,
despídete del guía,
ve vaciando la mochila
quedándote sin nada.
Y suelta lastre
porque aquí se trata de…
ahuecar el ala,
des(a)pegar…
luego, volar.
Sin dejar de besar
la hermosa Tierra
que hay que reinventar.
R.R.
Es un error pensar que el milagro pertenece sólo a lo desconocido, al mundo de lo extraordinario. El hecho milagroso, reside fundamentalmente en el mismo corazón de la vida cotidiana, de lo sobradamente conocido, de lo que se cumple en lo ordinario.
Por todo eso, es cuestión de “cambiar de anteojeras” y comprobar cómo la vida, que insta en cada instante, ella misma es un milagro omnipresente, una celebración de la creación, que, bajo un azul despejado de nubes, desea danzar bajo la brisa de lo nuevo. ¿Cuándo no fue primavera?
R.R.

 

Música:  Air – Johann Sebastian Bach

 

La represión de la conciencia

 

En mi misiva de ayer, me dijeron que el contenido era incomprensible; tenían razón. Hoy trataré de ser más explícito, aunque auguro que escasearán los «me gusta».
La represión de la conciencia, no es generada sólo por vía mental, como pensaba Freud, sino por vía social, vía escasamente considerada por la Psicología establecida. En esta sociedad derechizada y miedosa, donde el miedo cotiza en bolsa, hay asuntos tabú que no sólo no se pueden decir, sino tan siquiera pensar. Por ejemplo, si uno muestra sentirse afectado por la pobreza, es respondido: «lo tuyo es compasión búdica». Pero si uno pregunta por las causas de la pobreza, es tildado de comunista. La mediocridad, globalizada, que prevalece en hoy en España, no pasa de ser lo que es: una borrachera compartida que alanza cotas de epidemia.
R.R

 

Música:  Davy Spillane – The may morning drew

…No hay noche que no albergue luz…

No hay noche que no albergue luz en su honda umbría, pero aunque esté oculta, por siempre se hallará preñada de alba.
Ví claro que tu ausencia, oh, Luz, es el cebo, el imán, de esa Presencia alegre, que el cuerpo anima, extingue el tiempo, liquida las nostalgias. Aunque, por todo ello, tan bueno es permanecer en la Presencia como permanecer en el silencio de la Ausencia, su antesala.
Mis ojos, abiertos como platos, se aprestan al insomnio que no es sino celebración
R.R.
Desde mi experiencia personal, la práctica del Zen, supone una acusada pasión por la verdad, y si es verdadera, aboca a la destrucción de la seguridad adquirida en el llamado sentido común. Por eso es revolucionaria; ahí radica la dureza –y la belleza- encerrada en el potencial de cambio del silencioso Za-Zen, ya que la atención plena, si verdaderamente persigue la liberación, exige muerte plena, destrucción plena, transformación plena. No llegará la paz sin previa acta de defunción del personaje (fíjense bien: personaje, no persona).
Allí donde la luz no alumbra, alumbra la sombra. La meditación verdadera, si de verdad se ejerce y vive, resulta ser un peligro para quien, atrincherado en su nivel social, lleva una vida adaptada a lo que hay, dando la espalda a lo que es. Lo que equivale a cegar la ventana del ojo, y será inmensa la oscuridad por donde mire.
R.R.
 Música:  Darklight -David Spillane

 

 

 

Meditación Bilbao