En sus ojos la luz del Ibaizabal

Hoy te gocé, Bilbao. Por la mañana topé con un paisano, como yo, por su dicha, un hijo tuyo. En sus ojos la luz del Ibaizabal y en el acento de su hablar el alma, febril en su sosiego, que te anima, mi villa. Era el tonillo, el aire en que vibraron cuando era mi alma virgen, vírgenes las palabras en ella entrando. Te respiré, Bilbao, y nos sentimos yo y tu hijo hermanos en bilbainía. Tuve un rato en mis manos su mano abandonada, y al despedirnos, para mí, me dije: hermanos somos todos los humanos, el mundo entero es un Bilbao más grande. (Unamuno).
PD. Texto que me envía mi amigo Rafa Redondo, como una muestra más de amistad

Música: Doctor Deseo – Morirse en Bilbao

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