El fuego de tu amor, Abbá querido.

Sobrevuelan mi casa. Trinan, juegan;
a su modo conversan. Y describen
en sus vuelos rasantes lo que viven
en la altura. Se alejan, vuelan, llegan…
Siempre llegan. Sus alas se despliegan
por cúmulos y cirros, que reciben
sus besos siderales. No se inhiben.
Siguen y siguen; bajan y despegan…..
Golondrinas, arcángeles alados
camuflados en frac de noche y luna,
se agrupan como dándose la mano.
Sus trinos, aquí, allá, por todos lados,
anuncian su venida. Y, una a una,
se marcharán al sol de otro verano.
Rafa Redondo

 

 

Mis limitaciones crecen día a día, pero todo lo puedo en Aquel que me conforta. A pesar de las horas oscuras, nos sobran motivos para agradecer la luz y celebrarla…

 

Rafa Redondo

 

Yo te recibo, Espíritu, como un nacimiento inagotable, como el manantial de una una Buena Nueva que incesantemente brota y rebrota a borbotones.
Yo te recibo, Santo Espíritu, que permitiste que en las angustiosas horas de penumbra, sintiera diáfanamente en mi cuerpo enfermo la Presencia Activa de tu Soplo, fuente de toda curación, chorro de agua limpia que lava y acaricia sin cesar.
Sí, y tan diáfanamente… porque no es el humo el que calienta, sino el fuego. El fuego de tu amor, Abbá querido.
Rafa Redondo

 

Múisca: Eva Cassidy – Blues Alley concert

 

 

 

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