Detente, por favor, detente y mira…

Espíritu, que en tu verdadero desvestimiento te nos muestras allende los diques y fronteras, desnudo de ropajes y atributos, y haciéndolo en el más hondo capilar de nuestra vacante inocencia. Verdadera alma del mundo abrazando al indigente. Aceptar este hecho es despertar al encuentro con el Invisible Real de la unidad del Ser, con el Aliento que nos traspasa y nos respira. Ánima mundi, alma del mundo ajena a opiniones, espacios y localizaciones.
No nacimos para explicar tal Soplo bajo el disfraz del nombre o la opinión, nacimos tan sólo para serlo. Y regalarlo. Pues empecemos ya a escuchar la Voz Original
Como un viento de fondo, la densidad de lo invisible, penetra hasta el último tejido. Fuerza de Atman, aliento en las horas oscuras. La in-presencia, deviene en gran presencia, certera condición de una experiencia que allana los sentidos. Y se hace Toque. Y se hace Tacto, presión del Infinito en cada célula. Tan denso es el fulgor del Ser en el No-Ser, que el retal nebuloso de la avalancha de sombras parece aligerarse ante la luz y ensombrece a la muerte.
La trama del Ser y del No-Ser como única expresión del Uno, el último asidero que nos salva. Nuestra única identidad real.
Rafa Redondo
Nanit
La iluminación la tienes al pie de la calle; y tanto, que no consiste más que en esto: clavar tus sentidos en el centro de lo que se presenta. Con la inocencia de un niño, Con la paciencia silente de una piedra. Detente. Detente, por favor, detente en el corazón de lo real. Y verás:
Cualquier hecho aparentemente trivial se transformará en lo nunca visto.
Detente, por favor, detente y mira…
Y mírate por dentro. Su cualidad vibrátil nunca engaña. Es tu Maestro.
Rafael Redondo Barba

 

 

Música: Wim Mertens – Struggle for plesure

 

 

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