…de nadie eres Tú privilegio…

 

De nadie, lo sé bien,
eres Tú privilegio,
porque la luz, aún indecisa,
de este atardecer de abril
se inclina a reposar sobre este rostro
de tiempo retardado,
rozándole los ojos
donando en sus tejidos la Inocencia.
Cuántas y cuántas veces, te escribo y te lo digo,
que Tú nunca ardes tarde…
Aún con dificultad, el ser humano ama,
porque un extraño imán
le arrastra hacia otra orilla.
Le ama el amor, la brasa viva
de una extraña y recia Dicha
que sobre toda carne se refleja;
más aún ahora, en este eterno
y limpio instante; ahora, sí, al caer la tarde,
que la Vida me dicta y me derrama este poema.
 Música:  Anne Clark – Poem without words

 

 

 

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