Aferrarse al Vacío…

 

La metanoia que aquí nos interesa , pasa por la ruptura y destrucción de los viejos sistemas.
Sin una aniquilación del antiguo estado del sujeto, sin la muerte de la ilusión del ego como entidad separada del Todo, y sin abandonar las formas caducas; sin sacrificio en última instancia, no hay transformación del ser humano en su camino hacia su Centro.
R.R.
Aferrarse al vacío, y reconocerse en la propia desnudez. Limitarse en la humildad de ser lo ilimitado, donde la lejanía extingue sus distancias y creencias. Reencontrarse en la profundidad interior, derramándose cada vez más adentro. Extra-limitarse en el impudor de sólo ser, para ganar así la Presencia, que es tacto, y contacto, del alma con su carne, del ser con el mundo. Reducir el lenguaje a su esqueleto y palpar la Presencia que emana de la Ausencia, como el que, siendo arquitecto de su vida, sabe instalar en el aire su morada.
Lograr, sin darse cuenta, ser Nadie, la inefable belleza del rastro de una ola extinta que nace y se deshace, que avanza y des-avanza, en el eterno vaivén que fluye de su origen inmutable.
R.R.
¿Cómo es posible llamar libertad al dejarme arrastrar por la borrachera compartida del río de opiniones ajenas a lo Real; por esos torbellinos de palabras ciegas de los medios de in-comunicación que a la ceguera invitan; o al imperdonable desatino de olvidar mi destino, de obviar el horizonte de esa orilla distinta que me crece en las venas?
R.R

 

Música : Mark Knopler – The Long Road

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