«…Y habiendo amado a sus amigos, los amó hasta el extremo.»

«…Y habiendo amado a sus amigos, los amó
hasta el extremo.»
Eligió la fragilidad silenciosa de un niño desnudo poniéndola al resguardo de una mujer. Su palacio, un pesebre. Nació y murió desnudo. Fue la elección de un Hombre Libre…
Desde el pedestal de la más radical pobreza, afirmó “creedme, yo he vencido al mundo”. Su credencial como maestro no se fundamentó en el certificado o reconocimiento escrito de un gurú o alguien parecido, sino que su sostén fue la potente experiencia amorosa de un ser materno al que llamó Padre. Ni cimentó su fortaleza en institución o cargo externo alguno, sino en el Fondo Amoroso de esa Fuente de Vida, femenino manantial que le nutría en cada instante. Tal era su desnuda credencial: facilitar a los demás esa misma posibilidad liberadora de acceso a la Gran Fuente que él mismo había descubierto. “No os dejéis llamar maestros ni rabinos”, solo ese maternal Padre lo es.
Jesús, escuchaba atento, y esa escucha atenta fue y sigue siendo la respuesta de unos seguidores a los que dejó solos para que en su soledad despertaran por ellos mismos al susurro que mana del Espíritu de Vida que en todo ser creado habita SIN DISTINCIÓN DE CREDO O RELIGIÓN. Su único mandamiento era el Amor, el que hace al ser humano Hijo e Hija de eso que llamamos Dios.
«Ama et fac quod vis, ama y haz lo que quieras. El verdadero amor lleva a la total libertad; es independiente del superego de la mos,-moris o costumbre. «Inmoral», por tanto, la auténtica libertad es indigesta al poderoso, a la casta sacerdotal, al fariseo. Jesús fue demasiado lejos: fue torturado y crucificado por el Amo Emperador. Y en nombre de Dios y de la Ley, la Ley. La Ley como Absoluto, ajena a la ley del amor. Le mataron las gentes de bien, los buenos, como sigue ocurriendo aquí y ahora con los cristos diariamente crucificados por los bienpensantes depredadores.
Aconsejó a sus discípulos que no se dejaran llamar maestros o rabinos; el enorme atractivo de su personalidad no desprendía poder sino, como dice mi amigo Melloni, » autoritas», autoridad, que viene de la palabra latina «augere»,
que significa “hacer crecer”.
Jesús de Nazareth no fue un fracasado: solamente se sienten fracasados quienes persiguen el éxito. Por esa razón su mensaje es, mejor que nadie, comprendido por los pequeños, que, vaciados de egocentrismo, ceden su lugar y facilitan que lo Innombrable se revele en toda la Tierra.

 

R.R.

 

 

Múisca: J.S. Bach – The Violin Concertos

 

Vacas Flacas

VACAS FLACAS
A Rafael Redondo
Quién dirá una palabra que te cumpla,
vas en boca de locos, de perdidos,
de gentes convencidas de ser nadie.
Aquel al que extravías
habla de perdición como si hablara
de cenarse judías con perdiz,
y queda contrariado el que quisiera
asistir a las bodas de Camacho.
De unos cuencos vacíos,
dice él que están llenos de viandas.
En cántaro quebrado,
ve el agua no acabarse, no creáis
que os habla paradojas,
es que os roban el pan y no lo veis,
es que es tuerto el deseo
y el interés es ciego de remate.
El que sabe de ti de nada entiende,
nada tiene perdido ni ganado:
qué viene a encarecernos,
quién querría ser pobre entre los ricos,
¡y cómo ha de creerse lo increíble!
Ay de aquel a quien llamas, y al entrarse
en tu cocina ve que no hay pucheros,
y en trabajo lo pones
de andarse desmintiendo que haya un mundo,
azuzando a las almas,
donde sólo a ti mismo te concibes.
Vacas flacas tendrán tus comerciales,
si no prometen nunca -son honrados-
más que sólo verdad y verdad luego.
Quién no se espanta un día
pensando hallar en ti,
cuando tú te insinúas lo infinito
y se ve rodeado de silencio,
no sé qué muerte suya, y cómo hará
amor para decirle que es su vida,
su paz y su sabor lo que se teme.
Que te escuche la página,
que se despierte en ti blanca de nieve.
VICENTE GALLEGO
———————–
Nota: Vicente Gallego es uno de los seres humanos más despiertos que conozco, y uno de los poetas españoles más relevantes. Os recomiendo su obra poética en edit. Tusquets y Visor, como sus en- sayos en edit Kairós. Este poema que adjunto completará la próxima segunda edición de su excelente libro, «SI TEMIÉRAIS MORIR», que os gustará.
RR

Múisca:  J.S. Bach – Orchestral Suite No. 2

 

Jesús no cabe en ninguna iglesia

 

Palabras de Rafael Redondo Barba, palabras para saborear despacio, para internalizarlas y sentir-pensarlas:
«Jesús no cabe en ninguna iglesia; la reventaría por dentro. Pero la casta pontifical que él siempre denunció, lo volvería a matar, porque al poder le horroriza su mensaje. Jesús transciende su tiempo, es de todoas: un arquetipo, un sueño, de la humanidad que hoy se hace cuerpo y carne no para que lo instaláramos en un altar o una peana, sino para que cada mujer y cada hombre tomen conciencia de lo que cada hombre y cada mujer custodian en los más recónditos capilares de su corazón Más allá de toda distinción, de todo escalafón, de toda cultura y raza, de toda religión.
Jesús llamó Abba, a lo que Nisargadatta llamó «ESO», A ESE SER SIN FRONTERAS, a esa ternura innata Y DESBORDANTE que todo ser humano alberga y es capaz de sentir si se vacía de dogmas, de estructuras, y de programaciones: una conciencia de ser, y de vivir y ser vivido, en la que las personas,, SIN DISTINCIÓN, pueden hallar su sentido no porque sean católicos, budistas, musulmanes o ateos, sino por el hecho simple de haber nacido. La experiencia de albergar lo divino es un derecho de nacimiento, sin mediadores ni remediadores, sin ritos ni rituales. Es más cuanto más des-poseído de poder soy, más consciente puedo ser de esa verdad que en cada ser habita e interpela. El esplendor de la nada en el Amor, su humana plenitud.
Y ahora, a mis años, en este penúltimo día de otoño…
Yo te agradezco a ti, Mujer Dios,
Fuente de TODA Vida,
Diosa Dios, Mater Materia,
te doy gracias a ti,
que hoy, UNA VEZ MÁS, me hayas hecho des-cubrir
que tengo que aprender a amar
a re-nacer a un gran amor,
que es des-nacer.
Gracias a ti, Dios Madre,
por regalarme un tiempo
para salir del tiempo,
para PERDER el tiempo amando hasta que duela,
y trascenderlo allá en la altura,
-y en la bajura-
de tu Concavidad atemporal.
mi amante diosa DIOS
carne de mi carne,
sangre de mi sangre…»
Fotografía: «El nacimiento del hombre» de Natalie Lennard

 

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