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Allá…

 

Allá,
tan lejos y tan cerca,
donde la meditación se diluye,
las religiones no religan,
el Zen, pierde su nombre
y el Yoga deja ya de serlo…..
Allá.,
donde el allá no existe…..
Allá,
donde el silencio perfora cada instante
los tejidos,
y el pensamiento y la palabra
se esfuman en sus sílabas….
Allá,
donde todo rastro del tiempo se ha borrado,
y nuestras huellas se han desdibujado…
Allá,
donde mi inexistente existencia se inclina y se recoge
ante ti,
dentro,
y fuera de ti,
inundado de ti,
que, invisible, habitas las células del cosmos.

R.R.

Música : La Balanguera – María de Mar Bonet

 

Abandonarme confiadamente

Palpo aquí una presencia latente. No sé quién es. Pero brotan lágrimas de agradecimiento
( Maestro Saygio)
Permitir que llegue todo lo que de ti me viene: la desmesura de tu Presencia; dejarme abarcar por ella, rendirme ante ella soltando el pesado fardo de mi ego.
Todos los de dharmas
son olas de un mar
de un solo Dharma.
Abandonarme confiadamente allá donde me lleve el Soplo de tu Aliento.
No cesas de crear, de renacer, de renacer en nosotros. Veni Creator Spiritus…
Todo ser creado contiene tu susurro, Tú, que lo atraviesas todo soplando donde quieres. Todo ser creado respira de ti y en ti. Tú, que pides ser asumido respirado, pronunciado; Tú que lo inspiras todo, Tú que todo y en todo te trasciendes y en alas de tu viento a las fronteras del aire nos elevas…
Sé bien que tu darte y ofrecerte en cada instante necesita de mi oquedad; que yo me horade y haga hueco como mano abierta que espera de tu dádiva. Porque sé bien que el amor te hace más omnipresente, que omnipotente. Tú lo decidiste.
Tú, ese poema innumerable que se nos brinda y quiere hallarnos en este mismo instante, mientras tu tu canto y tu cayado van marcando el ritmo de mi caminar hacia tu orilla.
R.R.

 

Múisca : Sigur rós – Valtari

 

 

Confianza de quién ha vivido en su corazón

El místico calla, observa en silencio, ausculta el silencio, contempla y se contempla contemplando. Testifica de cuánto –como la inocencia de un niño- toma nota. Vigila, y lo hace con la humilde, pero contundente, certeza de quien sabe que en un momento dado des-aparece el vigilante y al final tan sólo queda la contemplación a secas, des-nuda de todo nudo.
Vigilar requiere constancia y fe, no la fe ciega que procede de la memoria, el entendimiento y la voluntad, sino de la confianza de quien ha vivido en su corazón lo que escribe y dice. En tal sentido, y volviendo a la experiencia de Jesús en Getsemaní, Jürgen Moltmann señala: Caeríamos en la resignación o nos petrificaríamos como interiormente aturdidos, si no ganáramos con Jesús la fuerza para “vigilar”en esta “noche de Dios.
Vigilar significa percibir la realidad de esta “tiniebla de Dios” con ojos abiertos y con todos los sentidos tensos. Y añade que en el Nuevo Testamento no se habla de orar sino de “vigilad y orad”. Sobre todo cuando Dios se hace ausente y en nosotros hace aguas la fe. Se dice que en la llamada “noche oscura” no se ve nada. Falso: se ve La Noche. Dios también se manifiesta en la distancia. La distancia como anzuelo del Pescador de Galilea. Se trata de permanecer abiertos a la escucha. Digo más: vivir para la escucha.
Termina Moltmann: EL Cristo vigilante de Getsemaní nos muestra esta forma de apertura a la realidad de Dios en la ausencia de Dios. La vigilancia en tensa espera es la forma más fuerte de oración porque es una gran respuesta humana a la ocultación de Dios. Vigilamos para Dios…Pero también vigilamos porque esperamos la Venida de Dios.
R.R.

Música: Sigur Rós – Olsen Olsen