Todas las entradas de: IparHaizea

Tu Amor Incondicional siguió indemne

Cuando vemos que nuestro tiempo en la tierra se extingue, por lo general nos apremia el afán de centrarnos en nosotros mismos: es lo más humano y natural, pues a los otros, a pesar del gran cariño que nos profesan, y por muy próximos y prójimos que fueren, no les queda otra alternativa que abandonarnos a la intemperie de nuestra soledad. Es parte de la condición humana.
Pero Tú, culmen de la compasión humana, piensas en los seres que deben acompañarte al Paraíso. No le exigiste a Dimas que se arrepintiera, ni perdiste el tiempo en asegurarte de que fuera “trigo limpio”, que es la condición expresa de ciertos cardenales de la conferencia episcopal española, tan ajena al Evangelio.
En el Gólgota, tu Amor Incondicional siguió indemne, tu corazón, aún en plena agonía, siguió fiel a su misión de dar vida, y donarla hasta el extremo. ´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´
Dimas, el maldito malhechor, captó en sus carnes agónicas un Amor que no juzga ni condena; y ese amor le transformó en un hombre nuevo y libre de la soledad, de la ignorancia, del pecado. Tampoco, Jesús, tú te viste solo. Ya ves , los proscritos una vez más aliviaron tu soledad, pues Dimas, quién lo diría, con todos los excluidos, fue en esos momentos la encarnación del Padre de los parias de la Tierra, y estos reforzaron al Mesías de los perdidos la necesaria confianza para seguir amando a sus amigos y enemigos hasta el extremo.
Rafa Redondo
Alejarse de Ti es caer; volverse a Ti, levantarse; permanecer en Ti es hallarse firme. Alejarse de Ti es morir, volver a Ti es revivir, morar en Ti es vivir. Nadie te pierde sino
engañado, nadie te busca sino avisado, nadie te halla sino purificado.
(Agustín de Hipona)

 

Múisca: Bautiful Chorus – Ready

 

 

 

Otoño, primavera interior

Mujer, nadie te condenó; yo tampoco. Vete y no peques más.
No se lo dijiste bajo la condición de que no pecara de nuevo, para volver a ser castigada. Tu amor es incondicional. Mostraste ante esa mujer el verdadero rostro de la bondad de Dios. Tu hijo José Antonio Pagola lo resume así:
Cuando no tengas a nadie que te comprenda, y cuando todos te condenen, cuando te sientas perdido y no sepas a quién acudir, has de saber que Dios es tu amigo, Él está de tu parte. Dios entiende tu debilidad y tu tropiezo… lo que la mujer adúltera necesitaba no eran piedras, sino una mano amiga que le ayudara a levantarse. Quizá descubramos entonces que lo que muchas personas necesitan no es la condena de la Ley, sino que alguien les ayude y les ofrezca una posibilidad de rehabilitación. Y Tú, Jesús lo entendiste muy bien.
Todo ello significa, añade mi amigo José Antonio Pagola, que en toda situación de la vida como en todo fracaso, en toda angustia siempre hay salida. Todo puede convertirse en gracia. Nadie puede impedirnos vivir apoyados en el amor y la fidelidad de Dios.
Una enseñanza equivocada nos ha mostrado que Tú te enfadas con los proscritos, Tú, precisamente Tú, que te dejabas acariciar los pies por las prostitutas, andabas entre publicanos y pecadores. Y, para remate, acabaste crucificado entre dos bandidos.
Pocos te han entendido, Jesús. Lo tuyo, tu Buena Nueva, no es una enseñanza moral, sino una manifestación continua de lo que es la incondicionalidad del verdadero amor.
Nadie, nadie jamás, sea de la condición que sea- lo sé muy bien-, podrá separarnos del amor de tu Padre y de su perdón.
Rafa Redondo
Sigo, y sigo…
Otoño es el espacio del silencio. Espacio de encuentro con el magisterio interior, lugar para descansar en el Testigo del Ser. Y recobrarse. Y crecer en las raíces mientras la copa se desnuda. Y amar. Y, en forma de Ausencia, poder albergar la invisible Presencia. Otoño es un hogar propicio para acallar el vocerío y restarle decibelios a la actual locura de los medios que ni median ni remedian; y todo ello para que la Voz de toda voz sea audible y quede su eco. Otoño puede ser tu lugar de revelación de un mundo colosal que demanda ser atendido en tus adentros. La explosión de lo latente, oculto, entreverado…donde tú eres más tú, lugar de hacer el amor que nos da a luz. Creo que fue nuestra amiga, la poeta Alicia, quien un día me dijo una obviedad sagrada: “El que mora en el Silencio es insumiso a lo establecido…”. No se deja atar a ninguna tradición, porque es fiel a lo Real que en él palpita.
Otoño, claridad de las calladas horas; primavera interior. A espacial espacio, donde pueden ser oídas las rimas dela Inocencia. Callo.
Rafa Redondo

 

 

Múisca:  Faith´s Hymn – Beautiful Chorus

 

 

Esa Presencia….

Esa Presencia,
la que da consistencia
al sentido del vivir…

 

Rafa Redondo

 

No puedo entenderme a mí mismo sin una referencia a ese Ser que reside en tí y en mi más inalcanzable profundidad…

 

Rafa Redondo

 

Al aproximarse y ver la ciudad, lloró por ella y dijo: si conocieras tú por fin en este día el camino de la paz…mas ahora queda oculto a tus ojos, porque sobrevendrán tiempos malos, te cercarán tus enemigos…
(Lc, 19, 42)
Te aproximaste a Jerusalén junto a los tuyos. Y al llegar a la cima desde donde se divisaba la ciudad Santa, sentiste un temblor escalofriante sobre tu piel, la contemplaste ensimismado, emocionado. Y todo ello ante el escenario de un duro final que jamás rehuiste.
Ante Ti la bella ciudad del Templo, con sus muros, sus palacios, su historia; toda ella bajo tu mirada…. Y, no pudiéndote contener, rompiste a llorar.
Me llama la atención, compasivo Maestro, que no fuera el duro final que preveías el que arrancara tus lágrimas, sino la suerte de aquellas gentes…
Mascabas ya la soledad más hosca que adivinabas y a la que también te adelantabas; pero la tuya, Jesús, era una soledad enamorada. Tú eras y eres –lo sé muy bien- quien consuela y acompaña a la soledad de los más solos…
Rafa Redondo

 

Trío Mandili – Apareka