SÁBADO

Tiempo de silencio, de espera.
Tiempo de palpar heridas, dolores, abandonos, miedos personales y comunitarios para reconocerlos, aceptarlos y dejar que comiencen a sanar…

Texto de entrada de nuestra compañera de camino   Adriana Marcela Arecco

VIERNES » Les dijo: «Yo soy», y ellos retrocedieron y cayeron a tierra.» Juan (18,1–19)

Buscaré tener hoy un tiempo de silencio y quietud para internamente vocalizar el mantra SO HUM. Lo haré al compás de la respiración abdominal: “So” al inhalar y “Hum” al exhalar. Para re-cordar que la energía universal que nutre y sostiene la vida habita en mí, en todos…

«En clave mística o transpersonal, la cruz significa la muerte del pequeño yo o, con más propiedad, el final de nuestra identificación con él. El ego o yo no es negativo –más aún, tendremos que cuidar que sea un yo psicológicamente integrado-; lo que resulta engañoso y destructivo es identificarnos con él. En esta clave, la cruz significa que sólo cuando deshacemos esa identificación salimos de la ignorancia y del sufrimiento inútil y puede emerger la Vida. La identificación se deshace, no luchando contra él –ni tampoco juzgándolo como algo negativo-, sino gracias a la comprensión de que somos infinitamente más que él; una comprensión que se nos regala en la medida en que, acallando la mente, nos experimentamos como la Conciencia pura de la que aquélla brota.»