Todas las entradas de: IparHaizea

…Allende el tiempo y el espacio…

Esa es mi angustia: vivirme tan sólo como carne, exiliado en el cuerpo, repatriado del Alba que no cesa.
Ese es mi Despertar: reventar el límite corpóreo, y ver brotar surcos de fuego y luz entre mis células.
Te escucho, Dios Abba, sin forma, y veo, y palpo en el latido de todo lo que en ti me vive y me re-vive.
Y me dejo llorar en tu rocío, Madre Total del Universo, mientras, armado de valor, me hundo y más me hundo en el pozo abisal de tus silencios.
Tú, Ruáh, aliento en todo aliento, reclamo a todas horas;
cauce y camino virgen donde el miedo a perderte se evapora, al filo de este instante, cuando el asombro brota.
Ese raro don,
que se derrama en todo ser viviente,
esa antorcha en la umbría
que alumbra este dialogante soliloquio
en la espesura de las noches.
Sí, ese raro don,
que asoma entre las grietas del Vacío:
mi desnudez, tan tuya,
magnánima ceniza enamorada,
las sola piel como único aderezo,
Como ese raro don
que brota al apagarse los sentidos,
y aquietarse el cerebro y pensamiento,
cuando se extingue ese eco enloquecido…
tan leve, tan suave, tan despacio
brotando igual que niño en hondo asombro…
allende el tiempo y el espacio…
 Música:   Franco Battiato  –  No time No space

 

 

 

 

…un constante mutar…

Quisiera ahorrarme el dolor, la impaciencia que trae consigo, y el sufrimiento que con él acecha. Pero (llegó la adversativa) aunque no lo deseo como amigo, me ofrece la oportunidad de abandonar lo que, pretencioso, creía saber o conocer de mí. Y eso me hace libre.

 

 

Cambia de forma
o se desnuda de ella.
Un constante mutar
que nunca extingue.
Sopla salvajemente
donde le da la real gana.
Al filo de este instante
engendra el alma
que atraviesa tus poros.
Escucha, por favor, escucha,
pero no a mí, escucha al SOPLO…
¡Joder, no te distraigas!
 R.R

 

 

Música:  Bill Douglas _ Heaven in a Wild Flower

 

 

No se aparta la luz de quien no huye de las sombras…

En el Peine de los Vientos palpé esa Presencia hecha Viento, Vacío y roca. Materia trascendida en diosa Mater.
…Situarse allí, al declinar la tarde, cuando el sol poniente, apoyado en el pedestal de las postreras nubes, esparce su luz residual, troceada en mil haces, quebrada y repartida como un Cristo que se parte y se trocea en el Pan de cada ola.
Morir así, desprendido, disponible, entregado al Ser, fundida en la Unidad nuestra ya lograda forma, al par que la tarde se arrodilla ante su propio ocaso; allí donde el Vacío deviene disco incandescente.
Tener el coraje de transitar por tus adentros como caña vacía que el aire bambolea, donde se cuela el Viento y torna en melodía sutil, lejana, de otro mundo, Aliento que todo lo desnuda, poema sin poeta. Para al fin clamar con fuerza a esta miedosa y amedrentada tierra occidental que el Ser del Viento te acompaña, que nadie tenga miedo, que has vencido al mundo y en tu despedida lo has preñado de esperanza.

 

No se aparta la luz de quien no huye de las sombras…
(¡Cuánto se puede ver al no ver nada…!)
Ver fluir los instantes
como fluye el alba tras la noche.
Saber resistir el estallido de la umbría en plena luz,
captando, y, si es posible, celebrando, la fluencia del Ser
en la entrelínea de las luces y las sombras.
Cuando el maestro interior toma las riendas de la existencia, se ve forzado el hombre a dejar toda posesión y posición logradas. Llegado a una determinada frontera, se plantea –y no sin sufrimiento- la disyuntiva de adaptarse al entorno o saltar al vacío. Este salto comprende a la vez la destrucción total y una nueva vida. Cuando el hombre tiene el valor de dar tal salto, desaparecen la disyuntiva y las fronteras. Y todo se hace uno, Uno.

 

Música:  Bobby McFerrin – Everytime