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Cada gota, cada gota

Abrirse al instante a la escucha del silencio que mora tras el ruido externo e interno.

Al silencio del Misterio que habla sin lenguaje.

Abrirse al prodigio de escuchar sin escucharme.

Días de lluvia y viento.

Cada gota cae -cada una en su sitio- rebotando en cada milímetro aún virgen, del vierteaguas.

Cada gota se estrella, deja oírse. Monótono repique de tambor, en cada tímpano.

Cada gota, acuoso clamor de fondo y vida inundada de Presencia.

Cada gota, humilde emisario del Ser que insta en los instantes a despertar.

Cada gota, milagroso latido del nacer y re-nacer en cada ahora.

Toda palabra de la lluvia persigue ser escuchada.

Calla, escucha… y ve.

La palabra silente

A mis amigos poetas Vicente Gallego, Eloy Sánchez Rosillo, José Rubio y Hugo Mujica. A la Sangha Ipar Haizea.

….Me refiero a la auténtica palabra poética que se da en el mismo extremo del lenguaje; palabra que no hablamos, verbo interior que nos acompaña cuando acallamos el verbo exterior. Hablo de la palabra silente, la que habla por nosotros dando paso al ser latente que se deja decir en nuestro lugar, el Verbo que nos antecede y constituye, porque callar no es dejar de hablar es dejar hablar al silencio que nos invita a callar. Y quitarnos de en medio.

Palabra –o, más bien, antepalabra- exenta aún de significación, aunque colmada de Seguir leyendo La palabra silente

Presta oído…

Para que el Absoluto te posea
y se filtre en tu voz su honda palabra;
para que el Gran Misterio a ti se abra,
que ninguna pupila a ti te vea.

Traslúcida a cuanto te rodea,
trasparente al Silencio que en ti labra,
devén en su susurro, antipalabra,
claro decir del Ser, su humilde tea.

Cuando pienses que todo se ha perdido,
presta oído al dios que en tus suspiros
te alienta con su aliento y su reclamo:

el latido que late en tus latidos,
insólito temblor, Ser fugitivo,
que me abraza y respira si le llamo.