Archivo de la categoría: La palabra traspasada

Libros

La madre de Alicia Martínez, tan nuestra, ha cambiado de forma.

Hay un silencio que pervive, cohabita, en la boca de quien se va, que sigue siendo lumbre y alba: aquello que insiste en ser,  e iluminar fuera del tiempo; Aquello que nunca acabará, pues no fue nunca.

 

El rostro de la madre de Alicia, tan nuestra, se anticipó con su expresión a sernos senda de eternidad.

 

Gracias Madre, por ser tan nuestra.

 

Gracias, Madre, por haber dejado en nosotros como herencia el rostro de la Infinitud.

 

Gracias, Madre, por habernos regalado a Alicia,

a nuestra Alicia del alma.

Magníficat

Magnificat-Rafael Redondo

Magníficat

Rafael Redondo Barba

Ediciones El Gallo de Oro, 2013
ISBN 978-84-940065-5-5

«Rafael Redondo ha buscado en su corazón y ha visto que no existe su persona, y es, por eso mismo, una de las personas más verdaderas que conozco. A sus setenta años cumplidos, hace puente de su maltrecha espalda, se sienta con los sin-techo y les enseña a escucharse en lo inmediato, a asentarse en la morada del espíritu. todos sus libros son un derroche de afecto hacia quienes no ven aún la plenitud del hombre. Vive en Bilbao, pero no cabe allí esa gratitud que lo mantiene en pie sobre una lágrima. En mayo del dos mil cuatro fue reconocido como Seguir leyendo Magníficat

El brotar del asombro

El brotar del asombro

Rafael Redondo Barba

Ediciones Mensajero, S.A., 2012
ISBN 8427133731 ISBN-13: 9788427133730

“Nuestro cuerpo duele, se duele, cuando el Ser no puede en él expresarse. Y duele el alma.”

Rafael nos previene, pues, de la banalización de la meditación y del Zen, que propicia el mercantilismo de estos tiempos. Nos recuerda que la espiritualidad es el reino de la radicalidad. Incumbe a la dimensión absoluta, a aquello que es intrínsecamente valioso, se justifica por sí mismo y nos demanda de forma incondicional. Es inaccesible a quien espera un beneficio de su búsqueda, pues la verdad no da ventajas. Es el reino de la motivación pura que se revela cuando permanecemos desnudos, sin ambiciones, sin expectativas… sabiéndonos nada, sin buscar nada, sin aferrar nada, profundamente interesados en la verdad; amándola totalmente, pues únicamente se entrega a los extremados. Solo entonces la Realidad se precipita. Solo entonces, en palabras de Rafael: “un día, salta en pedazos el velo. Y cantas, cantas”.

Mónica Cavallé