Todas las entradas de: Rafael Redondo Barba

Terapia del Ser

En pleno alborear de esta fría mañana de diciembre, me ha sido dado catar, una vez más, la riada de energía que habita la materia y que, en forma ajena a toda forma, fluye de arriba abajo por el cuerpo. Vi pasear el aliento vital del cosmos desde mis venas hasta el roquedal de la sierra de Anboto que asoma en mi ventana: todo es el mismo Ser que nutre la existencia, el que otorga vigor a nuestras células, la misma fuerza que tanto cuida de las galaxias como de la recóndita amapola escondida en el claro del bosque, la que nadie verá jamás, pero que el Señor de la vida mantiene en su Unidad.

Desde las primeras luces, lo innombrado despuntó en torrente de vida nutriente, en silente caricia, el Ser. Y lo escribo desde la gratitud al Gran Silencio, apertura a la Total Presencia, la que abriga lo simple y lo complejo, la forma y lo sin-forma. Silencio sanador que recompone toda herida rompiendo las cadenas que nos hacen rehenes del ruido instalado en  los cerebros.

Mi –nuestra- verdadera naturaleza, vista como “desmaterializada materia”. Mi –nuestra- identidad real tan sólo conocida cuando estoy dispuesto al dar el gran paso de soltarlo todo: un viaje a la más intrincada célula de mi profunda mismidad; un sendero que lleva Seguir leyendo Terapia del Ser

Otra amiga que toca el corazón…

Traigo a esta página un poema de mi amiga y compañera de camino, Julia H. Reyna.

I
Nada me resulta más difícil
que desasirme;
si me escondo en Ti,
¿me ocultarás?
El yo aferrado a las vísceras,
es vísceras.
El yo integrado en la mente,
es mente.
El yo en la emoción se siente vivo;
es en la emoción.
Atrapada en mente,
emoción y voluntad,
en coraza que constriñe
la expresión del ser.
Incluso ahora, mientras escribo,
el yo habla de sí mismo.
Sólo oculta en Ti,
seré disuelta.

II
En el refugio de sus pliegues,
el ser se despliega.
Sólo basta un instante
para olvidar dónde me encuentro.
El yo despierta de su duermevela
activa sus garras y me atrapa en ellas.

III
A lo ilimitado,
a lo inefable me entrego
Abierta, desnuda,
sin condiciones ni condicionamientos.
El vacío suspendido
que sostiene en lo infinito,
el movimiento de la Vida.

Amigos poetas

Poesía es lo más cercano a la no palabra del misterio del Ser, el encuentro de dos silencios: el que no tiene forma, y el de quien se abre a la escucha. Dios, dijo el maestro Saramago, es el silencio del universo y el ser humano, el grito que da sentido a ese silencio.

El silencio no existe, pero es, te toca y el poeta está en condiciones de otorgar voz a Eso que un día le tocó, porque la poesía es una invitación a dar forma a lo sin forma, a dar nombre a lo sin nombre y a que se manifieste lo no manifestado. Y se manifiesta desde el silencio, porque la expresión poética es expresión que brota del Silencio. Todo depende de la receptividad del escuchante, de su disposición a la escucha, de su apertura al misterio.

La posibilidad de recibir (contemplar) es la posibilidad de crear que requiere una condición que es el vacío, el silencio del vacío. Des-nombrar, des-bautizar, romper las palabras…para ganar su presencia, la Presencia que ellas encierran.

La poesía escrita es mejor verla hecha vida, como yo suelo ver, e incluso oír, la luz en el apretón de manos, en el abrazo y en el claro decir de dos grandes amigos: Eloy Sánchez Rosillo y Vicente Gallego. Los dos son grandes referencias en la poesía actual, pero sobre todo, dos personas de un calado humano innumerable. Tengo ese privilegio. Y lo digo.

Eloy Sánchez Rosillo y yo, inauguramos hace cuatro años una amistad inextinguible, creciente en su eternidad. Eloy, me presentó a Vicente Gallego, con él la amistad devino en fraternidad. Ambos poetas, mis grandes amigos, son para mí, junto al argentino Hugo Mujica, los más vivos exponentes de la espiritualdad poética en lengua castellana.

Hace un año, cuando yo comentaba a Vicente la soledad del místico y dificultad que entraña el poderse expresar. ¿Y a quién le cuentas esto?, le inquiría. Me respondió con unas palabras y dos inéditos poemas que, con su permiso, aquí inserto.

Con los testimonios de estos dos grandes poetas quiero abrir un hueco en la Web, que se irá incrementando en el futuro.

Descargar Poemas de Eloy Sanchez Rosillo en PDF

Descargar Poemas de Vicente Gallego en PDF