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El Gran Silencio

CONSTATO, ahora más que nunca, que jamás podría amar, ni ser, ni vivir en plenitud sin el valor de atravesar el desierto del desamparo. Y seguir dócilmente el camino. Lo sé bien. Y lo sé porque puede saberlo cualquiera que, aun en medio de la desolación, no le queda otra que dejarse aventar por el Soplo del Espíritu de la vida.

Ah, ese renacer,
ese recomenzar,
que, tierna y tercamente,
albergan los finales…

Auscultar el Gran Silencio guarecido entre los ruidos, el temblor del sendero que horadan tus pisadas; ese clamor de fondo como única posesión, mientras, libre de ropaje y equipaje, peregrinas tras los rastros del amor perdido, el claro de luna en plena noche, el agua en el desierto.

Transitar en pos del huidizo eco de la palabra esencial, del aroma de su aliento antes de dejarse pronunciar en tus labios; labios ungidos por el beso impregnado del Único sabor que que te tiene y te sostiene. Y así, caminante desnudo de ti, persigues la aurora entreverada en el plomo de la noche. Hasta que constatas: alguien me pastorea.

 

 

 

 

 

… A Manoli, hermana mayor, mi segunda madre…

Celebramos la muerte porque es Vida es sí misma.
Lo afirmo hoy que al amanecer te fuiste,
Manoli, hermana mayor, mi segunda madre.
Me dice Marcos que ninguna resurrección es necesaria.
que la VIDA ha estado siempre en élla,
y que descubrirla en nosotros es la clave.
Podré ser ateo de Dios,
pero no ateo de la Fuerza de la Vida
que late en mis arterias
Que no nos asuste la muerte.
Y vivamos desde ahora mismo aquella Vida.
La VIDA ha estado siempre en nosotros.
Descubrirla en nuestro fondo es clave,
Para que no nos asustes, Muerte.
Y vivamos desde ahora mismo aquella Vida.

AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS…Me dijeron.
Me enseñaron a amar a Dios SOBRE tí. Se quedaron cortos. Luego aprendí a amarlo EN tí. Acerté. Por ello te amo más que nunca.
También me enseñaron que no debía aferrarme a las cosas, pero al des-cubrir más tarde la sacralidad de todas la criaturas, caí en la cuenta que de quien sólo debía desaferrarme era de mí mismo. Ahora, creo, voy comprendiendo mejor lo que es amar.

Rafael Redondo

 

Música.  Deep Peace – Bill Douglas

 

 

 

La vivencia de la Unidad

La vivencia de la Unidad no es la disolución de la individualidad, sino la disolución de la separación entre Unidad e individualidad, y eso sólo puede vivirse en el cuerpo.

El Zen es una práctica, y más concretamente, una práctica corporal, por lo que, desde su perspectiva, no tiene mucho sentido tratar de comprender lo anterior a través de un esfuerzo racional. La verdadera comprensión es vivencia, y la vivencia es corporal.

«Carya», en sánscrito; «Soma», en griego; «Gyô», en japonés: el cuerpo-mente-espíritu unificado, el cuerpo como Totalidad.

De ahí que Dôgen afirme en el Bendôwa que
«sentarse adecuadamente es la verdadera puerta para la práctica Zen». Y que el sacramento fundamental de la tradición cristiana se fundamente en «el Cuerpo de Cristo».

La mente siempre va a querer llevarnos a la reflexión. Pero reflexión viene de reflejo y no se puede vivir en un espejo.
¿Quieres vivir?

Texto de nuestro compañero de camino Pablo Garmendia

 

Música:  Bill Douglas – Elegy