El Zen de la Vida

Crónica de un encuentro

Sesshin febrero Ipar Haizea. Berriz

Surgió en este sesshin una pregunta: ¿que zen es el que se vive en IparHaizea? Y me gustaría, con esta crónica del encuentro, del retiro que viví, dar mi respuesta a esa pregunta.

Percibí, en primer lugar, un profundo respeto por la práctica, por lo que nos convocaba en este encuentro, simbolizado por un pequeño y sencillo altar, en el centro, donde estaban representados los elementos. Fuego, aire, agua y tierra y el espacio, el vibrante espacio vacío del zendo.

Percibí también una atención plena al reparto de tareas entre las personas que sostenían la organización, a hacerlo todo entre todos, con un cuidado muy amoroso hacia el grupo.

Pero sobre todo viví sinceridad, verdad, todo era corazón. Las formas estaban al servicio de esa autenticidad, de ese latido, y eso es lo que mantiene viva la práctica.

Hablábamos de renombrar el zen, porque ese nombre es japonés, y pensaba en una palabra, que para mi tiene el significado más Seguir leyendo El Zen de la Vida

Tiempo de crisis, tiempo de esperanza

Mucho antes de que la provecta tiranía de los mercados asaltara la democracia residual que aún vivíamos, los patrones políticos e ideológicos del mundo habían hecho quiebra y muchos esquemas mentales estaban ya tronchados. Tiempos de crisis, de injusticia, de grandes sufrimientos que abren nuestras carnes. Hace décadas que, aunque poseíamos camellos, muchos habían perdido la estrella-guía del Camino. Muchos, también, nos rompimos por dentro al ver desvanecerse las atalayas más generosas que la humanidad pudo imaginar desde 1848, y fue así porque no pudimos comprender el más allá de toda ruina. Y, aún hoy, muchos viejos, y jóvenes prematuramente viejos, viven porque no mueren (“esto es lo que hay” dicen tartajeando de memoria el catecismo liberal que invade los cerebros a través de programas universitarios, de radios y de televisiones promovidas por empresas privadas devenidas en nuevos parlamentos que asfixian las conciencias). Y aunque a ese des-vivir le llamen “vida”, vegetan sin siquiera añorar el Seguir leyendo Tiempo de crisis, tiempo de esperanza

¿Eres culpable?

¿Eres culpable de haber nacido donde has nacido?. ¿De quiénes son tus padres y cómo te educaron?. ¿De la escuela a la que fuiste y los compañeros que te tocaron en suerte?. ¿Del país, la ciudad, la religión, la cultura en las que has crecido y en las que se ha ido forjando tu personalidad?.

Tu estructura psicológica es como un edificio que se ha ido construyendo durante toda tu existencia. Los cimientos se establecieron en tus primeros cuatros años de vida. La inmensa mayoría de los planos, los ladrillos, los albañiles, no los has elegido tú. Simple y llanamente, te han ido sucediendo. Tu hogar,  tu sistema educativo, la publicidad que has visto, lo que otros te han dicho, ha tenido una influencia brutal en tu esquema de valores morales. Incluso tu nombre y apellidos, como decía Jean Klein, son información de segunda mano. Te han dicho que te llamas así, y tú, simplemente, lo has dado por bueno.

Ni siquiera tus decisiones, esas que han marcado el devenir de tu vida, las has tomado con libertad, aunque escuchar ésto te parezca disparatado. La mayoría de tus acciones, más allá del «barniz» racional con que las hayas revestido, han respondido a tus patrones emocionales. A unos patrones que, probablemente, ni siquiera conoces. Piensa en la posibilidad de que tus acciones y decisiones, esas de las que te sientes tan Seguir leyendo ¿Eres culpable?

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