Te basta con ser un caminante…

Ipar ALicia

“EN ESPÍRITU Y EN VERDAD.” JUAN 4,24

Este símbolo de la imagen es un regalo, un regalo de la Comunidad Zen, la sangha Iparhaizea (Viento del norte) de Bilbao. Eligieron ese caminante, ese peregrino para expresar lo que son, lo que somos.

“Te basta con ser un caminante, un peregrino, un aventurero de la Resurrección” J.F.Moratiel O.P.

Con eso basta, con la fuerza del corazón para seguir siempre adelante, en la práctica del zazen, en la práctica cotidiana de aprender lo qué es el amor, de descubrir que lo somos.

¿Qué es una sangha? Es una comunidad de personas que

hacen una práctica de meditación en grupo, pero es mucho más que eso, también crecen juntos, recorren el camino hacia su propio corazón en una cierta compañía, descubren juntos un camino de liberación. Iparhaizea es una comunidad sorprendente, y muy bienvenida, porque practican, viven, “en espíritu y en verdad”, como dice el Evangelio, sostenidos más que por una forma excesivamente definida, por una llama que arde en sus corazones, la de ahondar en el camino hacia sí mismos, que al final es el camino más solidario, ahí nos encontramos con todo.

Eso de la “verdad” a veces se confunde

con las ideas y opiniones de uno, pero está muy alejada de ser eso. La verdad, para mi, en realidad es nada, más bien, como dice Christian Bobin en su último libro publicado en España, Elogio de la nada, “la certeza de no ser nada”, esa que descansa de cualquier vestidura. Así es esta sangha, inspirada por la persona que la impulsó, la conduce y sostiene, Rafael Redondo Barba, contagiada del delirio de desnudez de este maestro Zen, de este maestro de vida.

“Cuando andamos enamorados, estamos ebrios.” Christian Bobin, y así practica esta comunidad, embriagada de espíritu, adentrada en la locura de encontrarse con uno mismo y con el otro, la locura del amor.

Para mi son una esperanza, un signo de los nuevos tiempos, que se reencuentran con los antiguos, con otras comunidades y otros tiempos en los que el espíritu guiaba los corazones.

Somos aventureros de la Resurrección, como dice Moratiel, porque caminamos hacia algo que está más allá de la muerte y la abraza, caminamos hacia el misterio de hacernos disponibles al amor, dóciles al Silencio.

Gracias por ese regalo que sois para mi y para todxs. Eskerrik asko, Iparhaizea

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