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Sólo sentarse
Conozco un camino que llega entre la fronda hasta el gran precipicio. A sus pies, las aguas verdes del pantano, arreboladas por la brisa, van heridas de sol hecho pedazos. Vengo a menudo aquí para sentarme. Se aclaran las pupilas, con precisión y hondura se van desenfocando hasta que todo da consigo. El cuerpo se…