Respirar

Hoy, una vez más, me «cogió» desprevenido el prodigioso hecho de respirar, y asombrado como un niño comprobé que cuando el imperecedero vaivén del respirar es percibido con la calma de quien no busca provecho ni pone voluntad en lograr ninguna suerte de meta u objetivo, y la atención se centra en el prodigioso sube y baja de la expiración-inspiración, nos hallamos en el umbral de la experiencia del Gran Silencio. Acogedor abrazo del Misterio que culmina con una gran certeza: Alguien me respira.

Es radicalmente importante atender a ese portentoso reclamo que en cada instante nos es dado; pero, sobre todo, saberse detener en él, permanecer en él, para saborear ese Misterio que pugna por desvelar su ocultamiento y hacerse Presencia. La Presencia es Alguien, progresivamente gigante en la misma medida en que, dejando a un lado nuestro pretencioso yo, nos abandonamos a su liberador poderío, siendo entonces cuando el Gran Silencio se torna en manantial interior, del que brota la inspiración que sigue al espirar, y la Vida que sucede al expirar.

La respiración, psijé, Soplo del Espíritu que en nosotros se expresa con-formándonos como mente y cuerpo en el Ser; pálpito inicial que insufla la creatividad inspiradora del verbo del poeta verdadero; verbo que no se cimenta en otro verbo ya que tiene la no-palabra como Fuente. Así intenté decirlo en un soneto:

NO-PALABRA

Del Vacío despunta hoy la palabra
por arriba y abajo pronunciada.
En su abismal misterio, y siendo nada,
la habita el Gran Silencio, el Ser la labra.

Hoy te vuelves poema, No-Palabra,
desnuda estrofa del Fondo rescatada,
brocal del cielo y puerta de la Nada,
(¡que da igual que se cierre o que se abra…!)

Pues ya que lo sin-nombre alcanza hoy nombre,
ya que el sol y tu umbría son la misma
oquedad maternal que nos sustenta…

suplico hoy que tu Soplo me haga hombre,
Vacuidad que, me alza y que me abisma,
(pues Dios se acerca más cuando se ausenta).

Hoy, una vez más, me «cogió» desprevenido el prodigioso hecho de respirar, y lo escribí , sí, ¿pero a quién le cuentas esto?

Deja un comentario