RAFAEL REDONDO BARBA. PSICÓLOGO. PROFESOR. ESCRITOR. POETA. MAESTRO ZEN. AMIGO DISPONIBLE. (Publicado por Satsang Zaragoza el 19/10/20).

Un ruego. Si es posible, y creo que lo es: en los eventos en que participe, no me signifiquéis como maestro; me he alejado, borrado, y cada vez más, de esa atalaya que hoy considero ajena a la mayoría de edad. Agradezco amablemente a mis maestros el reconocimiento que en su día me otorgaron, pero yo ya no estoy ahí. Sólo sé ser amigo disponible, y eso ya es para mí un lujo…

Durante un tiempo salí en búsqueda de maestros iluminados lejos de mis fronteras, para que me adiestraran en el arte meditativo; hasta que un día vi que meditar es permanecer en mi verdadero hogar.
Es sabio, incluso hermoso e ilusionante, seguir a un guía y un camino; pero más sabio y hermoso es llegar a comprobar que ya no los necesitas; te digo más: que no los necesitaste.
Sé compasivo, por tanto, con quien se llama a sí maestro, pues, como mucho, él mismo deberá aprender que no es más que un camino que se pisa y luego se olvida. Ámale, recuérdale su sombra, le harás un favor porque no es infrecuente que sean engreídos, y duros de mollera. La sombra es la espalda de Dios. Y tú has nacido para ver en ti su rostro y cuerpo entero, cara a cara.

He conocido a eminentes profesores, compañeros de claustro, que, hasta jubilarse, únicamente hablaron y escribieron desde experiencias ajenas, nunca desde las propias.

He conocido a grandes Maestros que hablaban de LLEGAR A LO ÚLTIMO, sin acordarse de que el infinito carece de metas y escalones. En su discurso sobraba ambición, faltaba amor.

He conocido a maestras muy reconocidas como DESPIERTAS, y AUTORIZADAS para impartir las enseñanzas aprendidas de su gurú. Aunque sobradas de un marcado narcisismo.

He conocido a maestros y sucesores de maestros, RECONOCIDOS como ILUMINADOS, aunque esclavos servidores del poder.

Un verdadero maestro sólo reconoce a Dios como tal. Su magisterio consiste en hacer añicos toda ilusión. Yo agradezco a mi mejor maestro el gran regalo de haberme des-ilusionado.

Finalmente, tengo que añadir que si reconozco todos esos defectos en otros seres humanos, se debe a que mucho antes de verlos en ellos, los había visto en mí.

Ahora, en el otoño de mi vida siento como auténtico lo que de verdad tuvo que ver con el amor de quien ama y es amado. He visto a gente así, entre LOS MÁS DESPOSEÍDOS, sin otra credencial ni reconocimientos ajenos al de la sencillez de un vivir y decir plenos de compasión por lo viviente.

Cuando sientas que todo se derrumba,
en ese espacio fuera de límite y lugar,
acude a su cita. No hay alternativa.
En tu más temblorosa soledad
escucha a tu corazón,
donde el suyo te habla, bajo el suave silbido del bambú.
Y ante tal presencia muda, permite que su mirada
incendie el alma de tu canción,
que tus ojos se fundan con los suyos,
y prenda para siempre fuego a tu poema.
Cuando todo se derrumba es que Ello está cerca.
Por eso quema.
No tenga(mo)s miedo

Rafael Redondo Barba.

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