Hubo un tiempo…

Hubo un tiempo en que yo rechazaba a mi prójimo si su religión no era como la mía. Ahora, mi corazón se ha convertido en el receptáculo de todas las formas religiosas: es pradera de las gacelas y claustro de monjes cristianos, templo de ídolos y kaaba de peregri­nos, Tablas de la Ley y Pliegos del Qorán, porque profeso la religión del Amor y voy a donde quiera que vaya su cabalgadura, pues el Amor es mi credo y mi fe.

Ibn ‘Arabí

https://www.enriquemartinezlozano.com/wp/html/tolerancia_religiosa.htm     texto de Emilio Galindo Aguilar

Múisca: Enigma – The child in Us

Deja un comentario