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El rosario del anciano
De muy niño, contemplaba en él una inocente paz sin horizontes, donde ya –creo que tendría yo poco más de tres años- indagaba el porqué de la existencia peregrina hacia el Misterio. Y en la cercana compañía de aquel bondadoso anciano, y en aquellos ingenuos parpadeos de mi tierna niñez, pude atisbar un ancho mar…