Auscultar el Gran Silencio

Auscultar el Gran Silencio guarecido entre los ruidos, el temblor del sendero que hollan tus pisadas; ese clamor de fondo como única posesión, mientras buscas los rastros del amor perdido, el claro de luna en plena noche, el agua en el desierto, la palabra esencial, su aliento antes de dejarse decir y pronunciar en el cerco de tus labios ungidos del Vacío que te tiene y te sostiene. Y así, caminante, desnudo de ti, persigues la aurora entreverada en el plomo de la noche. Hasta que un buen día constatas: alguien me pastorea.
Sí, hacerse uno mismo surco, grieta. Y permitir que ESO haga en tí su camino; aunque a veces tú también te agrietes. Para darle cabida y que te habite. Cabalgar sobre la grupa de la noche, dejarse conducir en la intemperie de su negrura omniabarcante… hasta des-cubrir que tu mismo te haces uno con el pastor de las estrellas que alumbran siempre a los excomulgados y perdidos.
R.R.

Tú eres la Vida  – Eckhart Tolle

 

 

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