…y aunque la noche duela…

¿No somos hoy, todos, sujetos sin patria segura bajo los pies?
Esa es la pregunta que me formulo cuando cambiamos de estación, o de edad, o de…

Yo creo que sí hay otra patria segura, sobre todo para quien no persiguió su seguridad en las posesiones, sino en la inseguridad que se brinda a quienes confían en la verdadera Vida.

Y aunque la Noche duela, qué bien sé yo que está preñada de alba. Algo así balbuceé en una noche en que sentí mi vida movida y removida:

Transito tus silencios
de ti, oh espesa noche,
de la que soy tu centinela;
oh, noche, que me hieres y consuelas,
noche que ciegas y deslumbras…
Transito por tu umbría silenciosa,
cenagales y sendas pedregosas,
rodeado de estrellas y penumbras,
fantasmas de la noche que en las albas declinan
(al menos hasta ahora….),
cuando la densa y honda verdad de tu palabra,
silente y penetrante Dios,
sale, envolvente, ya a mi encuentro.
Y, con todos los sentidos muy despiertos
Puedo, al mismo tiempo, oír tu luz,
otear tu sentir en mis adentros.
Y olfatear con hondo paladar
el suave frescor de la inocencia.

Un pensamiento en “…y aunque la noche duela…”

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