Vaciarme

En el mundillo del zen es frecuente oír que quien no sabe habla y que quien sabe calla. No lo veo yo así, porque quien sabe o conoce algo importante lo debe comunicar no sólo a su prójimo sino al ámbito más grande que su voz pueda alcanzar. Es un imperativo del amor compasivo.
La palabra humana, la verdadera palabra, brota de tu Soplo, espíritu sagrado. Por eso también se ha dicho que la verdadera poesía es un intento de empujar a Dios para que hable.
Abrirme al Misterio,
callar, dejarme decir.
Vaciarme, para dejar paso a la escucha,
al dictado del que en todo se transciende.
R.R.

 

Música:  Sigur Rós – Hoppiolla

 

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