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Desolación

Tras los «olfateos» de la unidad, después de experiencias de expansión de la conciencia en las que la perfección de lo más simple se muestra ante nosotros, «volvemos» al mundanal ruido y puede que se instale en nosotros la desolación. Es el síndrome de abstinencia de la ilusión. Una ilusión que se había ido cimentando en metas cada vez más «elevadas», desde la ilusión adolescente del atractivo físico, al atractivo intelectual, la ilusión de ser «bueno», la ilusión de ser «sabio», hasta la ilusión última, la de un «estado de iluminación», seguramente alimentada por bellas y profundas experiencias a medida que la búsqueda nos Seguir leyendo Desolación

Conexiones

La mente racional no lo refleja en su pensar, pero cada célula sabe lo que le pasa a cualquier otra célula del cuerpo, en tiempo real. No sabe explicarlo, y no sabe que sabe, pero lo sabe. Cada molécula, cada átomo es imprescindible para que el conjunto sea reconocible como conjunto, y a la vez muere a cada instante para permitir la constante renovación de la vida que, sistémica, orgánica y libre, da sustento a esa imagen mental que llamamos conjunto, para poder expresarnos entre partes. Para poder integrar el lenguaje y el conocimiento en el organismo, y así dejarnos caminar en ese proceso evolutivo del que somos actores y espectadores al mismo tiempo, eso que llamamos tiempo, presente sin badenes.

Ipar Haizea se conoce a sí misma por sus partes, las que miran y miran para des-cubrir que lo son gracias al todo. Y en la genuina particularidad de cada célula se puede reconocer y poner nombre a Seguir leyendo Conexiones

El rostro del amado, por Matxalen Somoza

Rafa me invita a poner palabras a mi experiencia. ¿Experiencia de qué?, le pregunto. Sabía que me ibas a preguntar eso, responde. Tu experiencia del Zen, de la Sangha, del último retiro,… Y aquí estoy meditando qué decir y esclava de mi “Pepito Grillo particular” que exige que sea algo sesudo y profundo.

Contar algo, ¿pero qué?, ¿sin “una experiencia” propia? Rebusco y sólo encuentro un minúsculo anhelo acorralado por ideas que se amontonan en mi mente.  Tengo ideas para casi todo. Por ejemplo, me pregunto a menudo “¿y esto del zen es “real” o una “jamada de tarro” sin más?” y automáticamente me respondo “la duda es útil durante un tiempo. Todos tenemos que pasar por el jardín de Getsemaní. Si Cristo dudó, nosotros también debemos… Pero hay que progresar. El hecho de escoger la duda como filosofía de vida es como elegir la Seguir leyendo El rostro del amado, por Matxalen Somoza