Archivo de la etiqueta: Misterio

El cuerpo transparente

Za-Zen, silenciosa contemplación donde aflora lo Otro de mí. Oración verdadera donde no existe el orante, donde suplicado y suplicante se hacen uno porque no hay nada que suplicar.

Za-Zen, profunda y veraz observación desde el cuerpo confiado y la mente callada,  rendida, abandonada a la visión de lo que simplemente es. Distendido cuerpo perfectamente distendido, abierto a la escucha del Misterio que pugna por manifestarse en el flujo del latir y respirar.

Za-Zen, que nada persigue, ya que él se basta para ser  revelación y llave que asoma a la inmensa apertura-obertura de la eterna  sinfonía de la noche de los tiempos.  Inequívoca sensación del Ser de Dios.

Quien nada persigue y se hace nada, des-cubre en el Za-Zen el ensanchamiento de los sentidos cual ventanales abiertos hacia el Seguir leyendo El cuerpo transparente

El sonido del Misterio

En la más profunda arteria del ser humano late una nostalgia: en su inconsciente resuena aún la música callada de su origen olvidado; y la añora, aunque también la rechaza. Esa es su tragedia. Y esa es, también, la razón de que siempre se halle activo, buscando a tientas eso que intuye; eso que le atrae y que a la vez censura. Y así vive –si a eso puede llamarse vida-, extravertido y de espaldas al su Verdadera Naturaleza.

A pesar de esa represión constante, y aunque en su quehacer frenético deambule como un ciego, en su interior palpita el deseo de unirse con aquello –su realidad primera- que fue expoliado desde apenas nacer. Vive, expatriado desde su más primera infancia, a través de la deformación de una pedagogía instrumental en la que ha sido adiestrado más para competir que para compartir, más para capacitarse que para formarse. Mas para tener que para ser. Y a eso le llaman normalidad.

Sin embargo, en medio de su sinsentido, allí, en lo más profundo del corazón de cada hombre y de cada mujer…sigue palpitando una Noticia. La experiencia nos dice que Seguir leyendo El sonido del Misterio

El rosario del anciano

De muy niño, contemplaba en él una inocente paz sin horizontes, donde ya –creo que tendría yo poco más de tres años- indagaba el porqué de la existencia peregrina hacia el Misterio. Y en la cercana compañía de aquel bondadoso anciano, y en aquellos ingenuos parpadeos de mi tierna niñez, pude atisbar un ancho mar de paz que no era de este mundo; un lugar sin lugar, espacio sin anchuras, infinitamente más amplio que Seguir leyendo El rosario del anciano