…Adentrarse en el desierto…

Adentrarse en el desierto, lejos de oasis y espejismos; regresar a la sed, ahondar en la sed. Ser sed … No ansío lo que sé, ni lo que veo; más bien lo que no puedo ver ni se puede saber. Se hundirán las religiones, con sus templos, no mi sed de Absoluto

Llevado por mi sed de Tí
bebía yo de mi propio sudor,
mientras, desesperado, cavaba bajo el sol
en pos de un pequeño brote agua,
sin percatarme, torpe de mí,
de que el tan ansiado manantial
se hallaba en mi corazón.

¡MANOS ARRIBA! ESTO ES UN…ABRAZO

¡MANOS ARRIBA! ESTO ES UN…ABRAZO

 

Durante los gestos primigenios Rafa, maestro Zen y maestro de la Vida, nos invitó a re-parar en lo que nuestras manos SON:

Mis manos son primerizas en Berriz y se abren de par en par para agradecer, una y mil veces, la experiencia allí vivida.

Desde el inicio, descubro manos acogedoras, que tocan y se dejan tocar… manos amorosas, que respetan, abrazan y no juzgan. Manos desnudas de superficialidad. Manos sencillas, que no simples. Manos disponibles; que acompañan con delicadeza, esmero y mucha, mucha paciencia.

Soy testigo de:

Manos, que consuelan y calman un cuerpo frágil.

Manos, que regalan caramelos para esa tos inoportuna.

Manos, que se unen y re-unen para orar, aunque sea en latín.

Manos, que se dejan humedecer por la lluvia y re-descubren el arcoíris con asombro y ojos de niña.

Manos que, contemplando la Naturaleza, se dejan contemplar por Ella; fuente de Vida.

Manos que cocinan con cariño. Manos que bendicen los alimentos; manos que parten, re-parten y comparten el pan.

Manos que en forma de ritual se unen para “saludar” al inicio y final de cada meditación.

Manos que encienden velas y cuidan flores. Manos que abren/cierran puertas y ventanas.

Manos que se mueven al son de la música del cuerpo, del viento, del silencio, de la respiración, del gong…!qué sé yo!

Manos que recogen las zapatillas del maestro olvidadizo, que arreglan micros, que organizan…Manos serviciales, fraternas, que son familia; comUNIDAD.

Durante el mongo:

Manos de la joven que reflexiona sobre el amor…

Manos de mujer, que abren un libro y lo sostienen con determinación para leer un párrafo y añadir con profunda alegría, lo que brota de sus entrañas.

ZUEN ESKUZABALTASUNAGATIK, ESKERRIK ASKO BIHOTZ- BIHOTZEZ!!

FUI BUSCANDO..Y ENCONTRE…

Testimonio de S.:

FUI BUSCANDO…Y ENCONTRE…

Fui buscando unos días de salir del bullicio, de encontrarme conmigo, de darle un empuje a seguir sentándome, a seguir meditando o por lo menos a seguir intentándolo. Llegué con pereza, pero ilusionada. Las pocas miradas que reconocí al llegar me recibieron con un abrazo y una sonrisa, Ipar Haizea siempre es sinónimo de acogida.

En seguida me dejé llevar por un ambiente de silencio y calma, sin más que hacer que estar conmigo. Estar conmigo no lo llevo mal, pero estar conmigo con mi mente quieta, es otra historia. Y lo intenté en cada sentada, muchas veces con la sensación de perder el tiempo. Pero ahí estaba Rafa para recordarnos el valor de esa pérdida, la importancia del vacío, de hacer hueco, de desaparecer…también nos acompañaron Dogen, San Juan de la Cruz, Durkheim y el fantástico equipo de Iparhaizea… yendo cada vez más al centro, cada vez más a mí.

Las meditaciones, los paseos y el silencio solo fueron interrumpidos por unas breves conversaciones con Teresa una de las monjas del lugar, hablamos de Latinoamérica, de feminismo, de nuestra búsqueda interior.

Aprendí que el amor es bidireccional, que la corriente amorosa es única, que en la naturaleza está toda la sabiduría necesaria y que la noche oscura da miedo, pero si la atravesamos se esconde un gran tesoro.

Me fui más serena, con una fuerte determinación por seguir meditando, de no volver a olvidar lo que ya sé, y sobre todo de seguir conectada con el amor, con la fuente de la vida.

 

Fui buscando silencio y encontré el canto bullicioso de los mirlos

Fui buscando luz y encontré mis sombras

Fui buscando soledad y encontré compañía infinita en el rio y las montañas

Fui buscando descanso y la luna llena me mantuvo obnubilada toda la noche

Fui buscando paz y encontré el agitar de mi mente

Fui buscando mirarme y encontré miradas en las que reflejarme

Fui buscando parar y anduve kilómetros dentro de mí

Fui buscando respuestas y encontré amor

Fui buscando lo divino, Dios, lo infinito… y me encontré a mí.

 

Gracias a Ipar Haizea por hacer posible un fin de semana donde pude encontrar más allá de lo que buscaba.

S.

Meditación Bilbao