Llueve en Bilbao

Desde ese manantial de abrazos se prolongan los abrazos de los mejores seres humanos que conozco. Gracias a uno -una- de ellos sentí en mi cuerpo la dádiva del suyo, Espíritu que mora y se derrama en toda carne.
«…Pues tan amigo de rendidos eres… me despertaste del profundo sueño…»
R.R.
Llueve en Bilbao. Abro las ventanas a escuchar el repique de las gotas que caen sobre el tambor del vierteaguas…
Suena y huele a otoño. Por dentro a primavera.
Cuando el ruido se repliega y la quietud nos respira, susurran ecos no derivados de palabras, que anuncian lo que el aliento en su vaivén revela cada instante.
Dicen que hemos perdido la esperanza, pero el Misterio
se asoma en tus latidos, para anunciarte que aún queda, te queda, nos queda, la posibilidad de asombrarnos como niños. Nos abrimos a la escucha del tambor del alféizar.
Creemos vivir
sin haber aún nacido.
R.R.

 

Música: Orinoco Flow – Enya

 

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