Fuente de Vida más allá del tiempo

…En medio del odio, descubrí -escribió, Albert Camus- que había, dentro de mí, un amor invencible. En medio de lágrimas, descubrí que había, dentro de mí, una sonrisa invencible. En medio del caos, descubrí que había, dentro de mí, una calma invencible. Me di cuenta, a pesar de todo eso… En medio del invierno, descubrí que había, dentro de mí, un verano invencible. Y eso me hace feliz. Porque esto dice que no importa lo duro que el mundo empuja contra mí; dentro de mí hay algo más fuerte, algo mejor, empujando de vuelta…»
Esa fuerza espiritual, savia escondida que al hacerse cuerpo y sangre, en occidente se la ha bautizado con distintos y siempre provisionales nombres: viento, aire, soplo, espíritu santo, pneuma, ruhá, spíritus…
Fuente de Vida más allá del tiempo, más allá de géneros y generaciones; Fuente que en cada instante se derrama sobre TODA carne y se siente como cuerpo, Fuente que no se aviene a racionales argumentos, los reventaría. Ni cabe en concepciones psicológicas de escuela o corriente alguna, por más profundas y transpersonales que se apelliden. Manantial «que a vida eterna sabe», tan fácil de saborear como difícil de explicar, a cuyo brocal solo asoman los sencillos…
Esa Fuerza que nos hace nuevos y re-nueva. E invita a ser vivida, paladeada, experimentada, amada, y, no lo olvidemos, regalada. Regalémosla, pues, que ahora su necesidad es apremiante.
R.R

 

Música:   Sweeney´s Men – willy O´Winsbury

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