Cuando el tejido de los días se ha desgarrado, podemos ver lo que hay detrás” Christian Bobin.

“Abriré en parábolas mi boca;
Rebosaré cosas escondidas
desde la fundación del mundo.”
Mateo 13,35

Quería compartir con vosotrxs una serie de reflexiones que tienen su punto de partida en la experiencia previa que he tenido al realizar retiros de silencio, en soledad y en grupo, y que ahora me está siendo de mucha utilidad, por lo que quería ponerla a vuestra disposición.

Para este tiempo que vivimos, cosas que pueden ayudar:
1.- GRATITUD. Por muy mal que se ponga la cosa, siempre hay motivos para agradecer. Buscarlos cada día. Cuando aparezca la queja, dirigir el pensamiento hacia la gratitud.
2.- ACEPTACIÓN. Siempre estamos sometidos a límites y vivimos a gusto con ellos, adaptados a ellos. Ahora esos límites se han reducido mucho, pero podemos aceptarlos y adaptarnos. Va a depender de nuestra actitud de aceptación. Si oponemos resistencia será más difícil. Frente al viento antes se rompe el roble que el junco.
3.- CÓMO VIVIR LA SOLEDAD Y EL AISLAMIENTO. La soledad no tiene porque estar asociada a sentirse aisladx. Uno puede estar solx y sentirse pleno vitalmente y conectado a todo. La sensación de aislamiento es una construcción mental, una creencia de que somos un “yo” separado de los demás y del mundo. La ciencia y la espiritualidad ya han llegado al punto de encuentro respecto a que ese “yo” separado es una ficción. Esta situación que vivimos ahora lo pone en evidencia. El gesto de cuidar y cuidarse es un único gesto. “Todo acontecimiento ocurrido en un punto del universo afecta a todo lo demás.” Principio de Mach (1838-1916). Por tanto, no estamos solxs.
4.- NO PENSAR EN EL FUTURO. Pensar en lo que nos queda puede endurecer mucho las cosas. Intentar modificar aquello que no está en nuestra mano es una fuente de impotencia. Si podemos parar ese pensamiento temporal, podemos entrar en una vivencia de la atemporalidad.
5.- DISFRUTAR DE LA ATENCIÓN AL PRESENTE. Estar atentos a los gestos, a cada gesto. Es un regalo prescindir de las prisas. Ahora no hay que ir a ninguna parte. Sumergirse en la danza de la vida. Esto nos cuesta porque estamos acostumbrados a vivir fuera de nosotros, en lo exterior, identificados con la actividad. Por eso esta situación es una oportunidad para frecuentarse. Aparecerán miedos y fantasmas. Podemos darles la bienvenida y también dejarlos marchar. Será una rica experiencia de maduración.
6.- ¿QUÉ HACER CON EL CUERPO? No estamos viviendo esto solo en la mente, lo estamos viviendo en el cuerpo y él puede guiarnos en esta situación. Podemos extremar el cuidado y la atención al cuerpo.
7.- ¿QUÉ HACER CON EL PENSAMIENTO Y LAS EMOCIONES? Aquí será adecuado situarse como testigo de los pensamientos y no identificarse con ellos. Los pensamientos generan emociones y también podemos reconocerlas, aceptarlas y dejarlas marchar. Una buena higiene de lo que se escucha y lo que hablamos sería de mucha utilidad. Evitar la sobreinformación. Vivimos de espaldas a la muerte y también es una oportunidad para mirarla ahora y dejarnos empapar de la sabiduría que eso puede aportarnos. La muerte no es lo contrario de la vida, también es la vida.
8.- GESTIÓN DEL TIEMPO. Un horario y un orden en el tiempo que nos toca vivir ahora será de muchísima utilidad. También la disciplina de ajustarnos a él. Hay muchas cosas que no podíamos hacer por falta de tiempo y que ahora podemos abordar. Aprovechar bien el tiempo y respetar lo que hemos decidido hacer con él.
9.- EMPATÍA. Ahora es un buen momento para relajar los juicios y exigencias con los demás, ponernos en su lugar, hacérselo más fácil si podemos. Podemos descubrir que el amor estaba ahí al fondo solo que no habíamos reparado en él.
10.- CONFIAR. Estamos acompañados del miedo y lo contrario del miedo, su antídoto, no es el valor, sino la confianza. Una confianza incondicional.
“Todo va camino de la dicha.” Moratiel.
Aunque la razón nos esté diciendo que son momentos para la desconfianza, creo que precisamente ahora es un reto, una aventura, confiar. Hay cosas que precisan tiempo, que solo cuando han pasado pueden ser comprendidas y creo que estamos en uno de esos momentos. No todo puede ser abarcado por nuestra racionalidad. Estamos ante la oportunidad de lo inédito, de lo que nunca hemos vivido.

Nuestra cotidianidad se ha roto, quizás podamos ahora ampliar nuestra percepción y ver lo que había detrás de ella. Una oportunidad para el cambio de mente, para nuevas perspectivas. Empezaba con este versículo de Mateo:
“Abriré en parábolas mi boca;
Rebosaré cosas escondidas
desde la fundación del mundo.”
Mateo 13,35

Quizás algo originario, puro, se nos esté revelando, con parábolas, con palabras antes escondidas. Quien tenga oídos para oir, oiga.

Alicia Martínez

— con Rafael Redondo Barba.

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