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Sé de quién me he fiado

Cuando practico la oración, Maestro, experimento a veces algo sensacional: me vacío de mi, y en esa medida de mi vaciamiento ocupas Tú el lugar que queda disponible. Tu amor, tu instinto de habitar mi morada, se hace imperativo. Efectivamente, cuando, por ejemplo, te formulo una petición de fuerza, o de paz, o de tu Presencia, es impensable no hacer silencio ante la espera de tu respuesta. Siempre respondes. No como yo quiero pero siempre respondes pensando en lo mejor para mí. Quiero atestiguarlo precisamente ahora, de nuevo; ahora que mi salud pone a prueba mi paciencia a la hora de afrontar el miedo.
El inseguro yo, amedrentado por vivirse como fragmento tiene – me lo digo a mí mismo- tiene que aprender que su muerte supone la mayor seguridad. Pero también presienta acrecienta mi confianza. Somos Unidad , no fragmento Lo digo de nuevo: sé de quién me he fiado.
El silencio me hace receptivo. El silencio me libera de la memoria, que es tiempo; también del pensamiento, que se nutre del tiempo. Y Tú resides en lo atemporal, Manantial del Espíritu Santo, que por fuera y por dentro me mantiene… El gran silencio, preludio indispensable para captar y experimentar la presencia de Dios en nosotros.

 

Rafa Redondo

 

Música: Beautiful Chorus – Carol of the Bells

 

Dejar que Dios sea

 

…Esa amistad para con los rendidos, que acude al alma de quien se asoma a La parábola del Hijo Pródigo, donde Jesús habla con nitidez de esa disposición del ser humano, vacía y entregada, ante la vacía y entregada apertura de la paternidad y maternidad de Dios. En aquella época, convulsa e intrigante, donde el amor de Dios era suplantado por la moral de la Inquisición, el proscrito Lope era un rendido que había entendido al Dios de los excomulgados y proscritos.
Permitir que Dios sea dios, clamaba “el poverello” callarse, hacer silencio para que la Bondad actúe. Dejar que Dios sea, porque allí donde la memoria, el pensamiento y la voluntad se han apartado y hecho un hueco, allí donde el atropellante tropel de imágenes desiste, es precisamente donde el abrazo de la paternidad del Dios Madre se (me) hace acto. Lo sé, pero que muy bien, muy bien, -puedo decirlo- a través del aprendizaje de mis noches oscuras, cuando clamaba con Tagore:
Yo, tu instrumento…
y qué dolor mientras afinas mis cuerdas…
pero luego, al abrir
las ventanas, quedo asombrado de la música
de mi propio corazón.
Rafa Redondo

 

Música:  Beatiful Chorus – Oh Holy Night

 

 

Esa confianza inextinguible …

Clareaba el Alba.
Y sigue clareando,
aunque es de noche.
La NOCHE es dura; sí, es arduo caminar en ella, pues en la noche no se ve más que eso, noche. Pero no olvides que la noche oscura es pregón de la alborada. También la condición del despuntar del alba. Confía, es duro, lo sé, pero confía y lucha, la luz te espera al final. No estás sola.
Confía. Sigue caminando, escucha el murmullo del arroyo que te lleva hacia la fuente; síguelo dejándote empapar los pies de las aguas que limpian y acarician tus heridas. Son tu guía. Sin más luz que tu esperanzada intuición. Otras y otros caminaron por ti abriéndote AMOROSAMENTE ese sendero. La noche oscura no es oscura, sólo es eso: noche. Mírala. Tu angustia es el cauterio suave. Y duro, por el que debes pasar sin contar las horas, por mucho que ahora te parezcan eternas.
Observa la noche sin huir de ella. Hazte su amiga. Y así saldrás del mundo de las horas, el teatro de los muertos.
….Y celebrarás que la herida de la ausencia y sinsentido sirvió de toque delicado y senda hacia el despertar a otra conciencia diferente a la ciénaga en que las mayorías abrevan.
Se extinguirá nuestro yo, con sus voces, con su mente, con su cuerpo. No así el Amor que los creó, que los nutrió y mantuvo hasta el extremo de aventarse cual polvo enamorado en los confines de la Tierra. De ahí esa confianza inextinguible en la Fuente de la Vida…Y esta, se desparrama con sus abrazos, a través de otros brazos y abrazos que en nuestro rostro exudan la miel de su Ternura. Lo sé.
Rafa Redondo

Tú, mi fuerza salvadora. Tú me sostienes; Tú sabes lo que mi corazón anhela, pero no quisiera yo apartarme de tu voluntad. En tus manos taladradas, hechas para abrazar y bendecir, confiado deposito mi vida…

Rafa Redondo

 

Música:  Faith´s Hymn – Beautiful Chorus