Cada gota, cada gota

Abrirse al instante a la escucha del silencio que mora tras el ruido externo e interno.

Al silencio del Misterio que habla sin lenguaje.

Abrirse al prodigio de escuchar sin escucharme.

Días de lluvia y viento.

Cada gota cae -cada una en su sitio- rebotando en cada milímetro aún virgen, del vierteaguas.

Cada gota se estrella, deja oírse. Monótono repique de tambor, en cada tímpano.

Cada gota, acuoso clamor de fondo y vida inundada de Presencia.

Cada gota, humilde emisario del Ser que insta en los instantes a despertar.

Cada gota, milagroso latido del nacer y re-nacer en cada ahora.

Toda palabra de la lluvia persigue ser escuchada.

Calla, escucha… y ve.

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