Todas las entradas de: Pablo Garmendia

La semilla

A veces, la Vida te hace un regalo. Un breve instante de intuición percute tu conciencia. Una repentina imagen, que es mucho más que una imagen. Una comprensión profunda, más allá de toda lógica y razonamiento. No hay pensamiento alguno en esa percusión. Te sacude como a un tambor y, paradójicamente, es a la vez delicadamente  frágil. Si no has entrenado tu atención, tu sensibilidad hacia lo sutil, es fácil que la primera distracción la destierre, quizás por un largo período de tiempo. Quizás demasiado largo.

Ese regalo es como una semilla. Si llevas tiempo arando la tierra de tu conciencia, regándola, oxigenándola, ese delicado germen reposará en ella, se sentirá en casa. Deberás seguir con Seguir leyendo La semilla

¿Eres culpable?

¿Eres culpable de haber nacido donde has nacido?. ¿De quiénes son tus padres y cómo te educaron?. ¿De la escuela a la que fuiste y los compañeros que te tocaron en suerte?. ¿Del país, la ciudad, la religión, la cultura en las que has crecido y en las que se ha ido forjando tu personalidad?.

Tu estructura psicológica es como un edificio que se ha ido construyendo durante toda tu existencia. Los cimientos se establecieron en tus primeros cuatros años de vida. La inmensa mayoría de los planos, los ladrillos, los albañiles, no los has elegido tú. Simple y llanamente, te han ido sucediendo. Tu hogar,  tu sistema educativo, la publicidad que has visto, lo que otros te han dicho, ha tenido una influencia brutal en tu esquema de valores morales. Incluso tu nombre y apellidos, como decía Jean Klein, son información de segunda mano. Te han dicho que te llamas así, y tú, simplemente, lo has dado por bueno.

Ni siquiera tus decisiones, esas que han marcado el devenir de tu vida, las has tomado con libertad, aunque escuchar ésto te parezca disparatado. La mayoría de tus acciones, más allá del «barniz» racional con que las hayas revestido, han respondido a tus patrones emocionales. A unos patrones que, probablemente, ni siquiera conoces. Piensa en la posibilidad de que tus acciones y decisiones, esas de las que te sientes tan Seguir leyendo ¿Eres culpable?

El riesgo de amar

Amar es un riesgo, pero solo cuando se pretende atrapar el Amor.

Yo quiero a mi “Mami”, y mi “Mami” me quiere a mi. Pero si “Mami” me riñe, se rompe el idilio. ¿Qué ocurre?. ¿Ya no quiero a “Mami”?. ¿Por qué?. ¿Porque ella ya no me quiere?… ¡No!, ¡No puede ser!. Demasiado duro para mi tierno cerebro…, mi “Mami” lo es TODO para mí, no puedo “divorciarme” de ella, me da de comer, me cura las heridas, me abraza, me mima…, me hace sentirme protegido, acompañado, seguro… Definitivamente, esta rabia que sufro por haber sido reñido, por haber perdido por un momento ese amor que es mío y solo mío, que me corresponde porque sí, no puedo achacárselo a “Mami”, sería demasiado duro, mi pequeño organismo no podría digerirlo, ya que pone en riesgo todo lo anterior, pone en riesgo mi propia existencia. Sería la muerte de mi pequeña identidad. Y mi más potente instinto de supervivencia, mi más primario miedo a la muerte, entra en escena.

Entonces…, veamos…, ¿Qué hago con esta rabia que siento en mi cuerpo, con estos dientes apretados para no expulsar el grito y el llanto que me brotan de tan adentro, pero que ya no me permito reconocer porque ponen en riesgo mi propia supervivencia?. Antes era más fácil, lloraba y gritaba sin más, pero ahora…, ahora no puedo asumirlo, debo apartarlo de mí, no es posible que “eso” forme parte de mí, así que…, Seguir leyendo El riesgo de amar