…el Ser no cabe en la existencia…

“¡Quien haya visto a Dios, que levante la mano!”
-clamaron en el mitin-.
Yo no la levanté. No miré al resto.
Aquella invitación fue para mí
una simple abstracción de la rebeldía.
Polarizar en los sentidos lo Absoluto
es escamotear la esencia que encubre lo existente.
El Ser, atemporal, no cabe en la existencia, temporal.
Cambiemos de Camino. O de método,
que es decir lo mismo en otro idioma.
Levanto diariamente no una mano
sino las dos, aunque maltrechas,
ante ese dios vacante presente en su in-presencia.
Esa Fuente de Vida, mejor llamarse así,
en su toque femenino.
que asoma en las pupilas de tu amor
cuando peleas por la justicia y paz,
mi entrañable poeta compañera.
R.R.
La experiencia, por sublime que sea, no es la cosa Real. Por su naturaleza misma viene y se va. La Realización del Sí mismo no es una adquisición. Es más de la naturaleza de la Comprensión. Una vez llegado a ella, no puede perderse. Por otra parte, la consciencia es cambiante, fluyente, sufre transformaciones de un momento a otro. No se aferre a la consciencia ni a sus contenidos. La consciencia en quietud, cesa. Intentar perpetuar un atisbo de visión, o una efusión de dicha es destructivo de lo que se quiere preservar. Lo que viene debe partir. Lo permanente es más allá de todas las venidas y partidas. Vaya a la raíz de toda experiencia, a la sensación de ser. Más allá del ser y del no ser está la inmensidad de lo Real.
Nisargadatta
Zen , Rafael Redondo

 

Un pensamiento en “…el Ser no cabe en la existencia…”

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